En varias ocasiones hemos mencionado que la situación del país vecino y hermano de Venezuela ha llegado a estos extremos por causas que conectan directamente con las fuerzas mismas de las tinieblas a través de la brujería, la santería y otro tipo de prácticas propias de Hugo Chávez y de sus seguidores. El sufrimiento intolerable y prolongado parece no tener fin. Las imágenes del odio, la mentira, el hambre, la arrogancia de quien está resuelto a permanecer en el poder a cualquier costo: todo ello es una enseñanza que no podemos perder, para darnos cuenta adónde quiere conducirnos el demonio a través de sus satélites, por una parte, y para aprender por qué puerta entra el socialismo y por cuál puerta toca sacarlo al final.
Por eso hoy es nuevamente día de amor y oración por Venezuela. Si hay causas y raíces espirituales, la batalla también es orando, haciendo penitencia, clamando del Cielo misericordia y conversión para todos.