Nueva Orden de Dios a Noé (1-5).
1 Dijo Yahvé a Noé: “Entra tú y toda tu familia en el arca, pues sólo tú has sido hallado justo ante mí en esta generación. 2 De todos los animales puros toma dos setenas, machos y hembras, y de los impuros dos parejas, machos y hembras. 3 También de las aves puras, dos setenas, machos y hembras, para que perdure su prole sobre la haz de la tierra, 4 porque dentro de siete días voy a llover sobre la tierra cuarenta días y cuarenta noches, y exterminaré de sobre ella cuanto hice.” 5 Hizo Noé cuanto Dios le mandara.
Esta perícopa, salvo suponer construida el arca, es una repetición de la precedente y debe ligarse a la penúltima (6:5-8). Pero hay una notable diferencia en la selección de los animales que Noé habrá de introducir, pues aquí son de los animales puros siete parejas, lo mismo que las aves; pero de los animales impuros sólo una pareja de cada especie. A esto se añade la noticia de cómo se producirá el diluvio, haciendo Yahvé llover cuarenta días y cuarenta noches, y tendrá lugar pasados siete días. La sección termina como la precedente, diciendo que Noé cumplió lo que Yahvé le había ordenado. La razón de que se mande introducir siete parejas de animales puros se ha de buscar en la necesidad de proveer a la alimentación de las personas que habrían de habitar en el arca, y también en la preocupación de dejar provisión para ofrecer sacrificios a Yahvé después del diluvio1. Vemos, pues, cómo el autor sagrado supone la discriminación de alimentos puros e impuros antes de la legislación mosaica. Esta distinción no es específica de la legislación israelita, ya que existe en otras religiones de la antigüedad, debido a creencias supersticiosas ancestrales.
El Diluvio Inunda la Tierra (6-24).
6 Era Noé de seiscientos años cuando las aguas del diluvio inundaron la tierra. 7 Y ante las aguas del diluvio entró Noé en el arca con sus hijos, su mujer y las mujeres de sus hijos, 8 y los animales limpios y los inmundos; las aves y cuanto se arrastra sobre la tierra, 9 entraron con Noé en el arca de dos en dos, macho y hembra, según se lo había ordenado Dios. 10 Pasados los siete días, las aguas del diluvio cubrieron la tierra. 11 A los seiscientos años de la vida de Noé, el segundo mes, el día diecisiete de él, se rompieron todas las fuentes del abismo, se abrieron las cataratas del cielo, 12 y estuvo lloviendo sobre la tierra durante cuarenta días y cuarenta noches. 13 Aquel mismo día entraron en el arca Noé y sus hijos, Sem, Cam y Jafet; su mujer y las mujeres de sus tres hijos, 14 y las fieras todas según su especie; todos los ganados según su especie; todo reptil que se arrastra sobre la tierra, según su especie; toda ave, según su especie; todo pájaro, toda especie de volátil. 15 Entraron con Noé en el arca, de dos en dos, de toda carne que tiene hálito de vida. 16 De toda carne entraron macho y hembra, como ió lo había mandado Dios, y tras él cerró Yahvé. 17 Diluvse durante cuarenta días sobre la tierra, crecieron las aguas y levantaron el arca, que se alzó sobre la tierra. 18 Siguieron creciendo, creciendo, las aguas sobre la tierra, y el arca flotaba sobre la superficie de las aguas. 19 Tanto crecieron las aguas, que cubrieron todos los altos montes de debajo del cielo. 20 Quince ce dos subieron las aguas por encima de ellos. 21 Pereció toda carne que se mueve sobre la tierra, aves, ganados, bestias, y todos los reptiles que se arrastran por la tierra, todos los hombres, 22 y todo cuanto vivía sobre la tierra seca. 23 Fueron exterminados todos los vivientes sobre la superficie de la tierra, desde el hombre a la bestia, y los reptiles y las aves del cielo, quedando sólo Noé y los que con él estaban en el arca. 24 Ciento cincuenta días estuvieron altas las aguas sobre la tierra.
Esta sección carece de la unidad literaria que hemos visto en las precedentes. El v.6 es una continuación de 6:22. Primeramente se dice cómo Noé cumplió la orden de Dios. Y el autor sagrado, que es amigo de la cronología, o mejor, de su cronología, nos señala la fecha en que comenzó el diluvio. La cifra de seiscientos años de la vida de Noé se ha de entender a tenor de lo expuesto en el c.5 sobre la longevidad de los patriarcas. El diluvio comienza en el segundo mes, es decir, mayo-junio, en el supuesto que se siga el cómputo del año que comienza con el mes de Nisán. El origen del diluvio no se debe sólo a la lluvia del cielo sino que también irrumpen los depósitos subterráneos del abismo. Es el “desencadenamiento del caos, que pone fin a la creación que había organizado el mundo.”2 Ya hemos visto cómo, conforme a la mentalidad hebrea y aun sumero-acadia, la tierra estaba asentada sobre cuatro columnas que se hundían en el abismo del agua3. El rey Hammurabi conjura al dios de las tormentas, Hadad, para “hacer volver la lluvia en los cielos y la inundación en las fuentes.”4
El v.10 corresponde al v.4, donde se señalan siete días, que se dan a Noé para ejecutar la obra de prepararse para la singular navegación que ha de emprender. El v.11 parece continuación del v.9, y se nos indica la fecha precisa en que comenzó el diluvio. Según el v 17, la inundación duró cuarenta días. Después el autor sagrado insiste en la exterminación de todos los vivientes, excepto los acogidos al arca salvadora (v.23). Por eso el autor recalca que las aguas cubrieron las montañas más altas (v.19), y aun las sobrepasaron en 15 codos (siete metros y medio).
1 Gén. 8:20. — 2 A. Clamer, o.c., p.188. — 3 Cf. Gén. 49:25; Sal 24:2; 75:4; Prov 8:29; Job 36.6. — 4 Epílogo del código de Hammurabi, col.XXVII 69-71. — 5 cf. 8:4; 7:11.