De la misma forma que en la cruz, donde Cristo parecía completamente fracasado, estaba manifestando el amor infinito de Dios y así nos mostraba su propia divinidad, de esa misma forma cuando se consuma la traición de Judas Iscariote el hecho de que Cristo sigue siendo fiel al Padre y lleno de amor por sus hermanos manifiesta su gloria porque muestra quién es él.