* El amor de Cristo acompaña el camino de los cristianos. Y su amor no cambia, no se cansa, no se desgasta.
* Cristo, que tocó al leproso, se acerca a nuestras lepras y con amor se muestra cercano y nos sana.
* En Cristo, Dios nos ha demostrado que no tiene asco de nosotros, ni por nuestra pobreza, ni por nuestra ignorancia, ni por nuestro pecado.
* Dios tiene una sola mirada hacia nosotros: la que hemos conocido en Cristo; la del amor que crea y renueva.
* Cristo es experto en recorrer distancias: desde el seno del Padre hasta las entrañas de la Virgen. Por eso sabemos que Cristo puede llegar con verdadera cercanía hasta cada uno de nosotros.
* Cristo ya nos conoce: todo es diáfano ante su mirada, y ningún caso es demasiado complejo para él. Ninguna mentira le vence. Ningún obstáculo es demasiado grande para Él. Así como venció al sepulcro, vence toda barrera.
* Los caminos que Cristo abre nadie los puede cerrar; si Él abre las bendiciones del Cielo, nadie puede oponérsele.
* Y cuando Cristo cierra una etapa o una herida, que nadie pretenda abrir lo que Él ya ha clausurado. porque suya es la victoria para siempre.