“Hace tiempo que sigo de cerca todo lo relacionado con lo que probablemente sea el legado más representativo del presidente Obama, la reforma sanitaria conocida bajo el nombre de Obamacare. Ya en 2010 advertía de su larga y amenazante sombra, y en 2014 me fijé en la cuestión del mandato abortivo impuesto por la administración Obama y la lucha que contra él encabezaban las Hermanitas de los Pobres. El último desarrollo de esta larga historia ha sido la reciente decisión del Supremo en Zubik v. Burwell anulando las sentencias que impedían la objeción de conciencia a las Hermanitas de los Pobres. Buena noticia, me dije. Y sí, lo es, pero quizás no tanto como podríamos pensar tras una lectura rápida…”
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