[Conferencia a un grupo de laicos estudiantes de Sagrada Escritura en Guayaquil Ecuador. Septiembre de 2014.]
* Hay un dato fundamental que conviene recordar al acercarnos a la Biblia: el texto que conocemos inició su camino de manera oral. Este sencillo hecho, ¿qué consecuencias trae? Son varias:
(1) La Biblia es ante todo narración. Su carácter es, entonces, en primer lugar, testimonial.
(2) Mientras que el texto escrito nace básicamente como posesión de un autor, la originalidad importa menos y a veces no importa en absoluto cuando se trata de transmitir oralmente un relato.
(3) El texto que ha nacido por escrito se convierte en un “algo;” el mensaje oral implica siempre el encuentro con “alguien.” Esto crea una relación peculiar entre el pueblo que guarda ese texto, y el texto que guarda a ese pueblo. El lema de Lutero: “Sola Scriptura” lo que está diciendo es: “No necesito comunidad”
*Las consecuencias principales de estos postulados son:
(1) Todo evangelizador ha de ser ante todo un testigo.
(2) No interesa ser originales en el contenido. Según el auditorio, puede ser importante serlo en cuanto al modo de expresión, el recurso técnico, los ejemplos aducidos o las aplicaciones a las diversas circunstancias de la vida.
(3) Nuestro sentido de comunidad (Iglesia) nos lleva a valorar el trípode propuesto por Dei Verbum: Biblia, Tradición, Magisterio.