[Predicación en el Cuarto Congreso de la Divina Misericordia, de la Arquidiócesis de Chicago.]
Tema 4 de 6: Jesucristo, Rey de Misericordia
* En el Antiguo Testamento abundan las señales de la bondad y la compasión de Dios. Pero es sobre todo en la persona de Cristo en donde encontramos que brilla con mayor intensidad el amor de misericordia. San pedro, en Hechos 10, resume la vida de Cristo en las palabras. “Pasó haciendo el bien.” Ciertamente ese es nuestro programa de vida cristiana.
* ¿Quiénes son particulares destinatarios de la misericordia de Cristo? Podemos recordarlos usando cuatro veces la letra “p.” Son los pequeños, los pobres, los perdedores y los pecadores.
* En cuanto a los PEQUEÑOS, es decir, lo que están aún en el desarrollo de sus fuerzas y cualidades, hay que recordar dos cosas: que Cristo destaca la manera como los niños reciben el reinado de Dios; y que a la vez nos muestra que amar a los niños significa tomar actitudes y acciones robustas para defender su inocencia, de modo que no sean discípulos del mal.
* Aprendemos así que la misericordia no es un simple sentimiento dulce sino que ha de traducirse en actos que defienden al inocente y al pequeño.