Evangelizar…
Con ardor pero sin angustia;
con fervor pero sin fanatismo;
con convicción pero sin presunción.
Evangelizar…
Como quien cuenta una historia
que empezó hace tantos años
y es tan joven como la mañana.
Evangelizar…
Sabiendo que el mapa de la bondad,
el mapa de la verdad
y el mapa de la fe
sólo al final coinciden.
Evangelizar…
Con la alegría del que nada merecía
y siendo así indigno fue amado,
y tanto le amaron que arde ya en fuego
y entre llamas habla de un amor inmenso.
Evangelizar…
Con voces de esperanza,
que dan risa y dan llanto;
con acento de Cielo,
que mueve a danza y canto.
Evangelizar…
Entendiéndolos más de lo que ellos nos entienden;
amándolos más de lo que ellos pueden amarnos;
arriesgando más de lo que nadie arriesgaría.
Evangelizar…
Celebrando el sol más allá de la noche,
saludando la gloria desde la cruz de ignominia;
viendo lo que nadie ve,
dejando morir de hambre a la mentira.
Evangelizar…
Con una canción más fuerte que el silencio,
una que sane a quien ya no lo espera,
y abrume con amor al que aprendió a burlarse,
y abrace con piedad al que muere en su hielo.
Evangelizar…
Sabiendo que cosecharemos bienes
que no hemos sembrado,
y sembraremos bienes
que no habremos de cosechar.
Evangelizar…
Cada día un poco más y un poco mejor.
¡Sí! Que la muerte te encuentre anunciando a Jesús
y al encuentro con Jesús venzas tú a la muerte.