“Mi punto es que el evangelio y el mensaje de la resurrección no era un jueguito para los primeros cristianos, ni una frase ilógica y sin sentido. En la palestina del S. I existía una enorme expectativa mesiánica, gatillada porque se cumplían por esa época las 70 “semanas” del profeta Daniel, y este ambiente que quedó registrado en las Antigüedades de los Judíos, de Flavio Josefo, de modo que el mensaje de NSJC naturalmente encontró un suelo fértil y arado donde propagarse…”
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