Dios, ¿conocido o desconocido?
El Primer Motor, en la doctrina del Estagirita, no tiene ni puede tener interés o amor alguno por lo creado; de hecho, tampoco es creador, porque, desde el punto de vista metafísico, la afirmación del acto creador supone la diferencia, ajena al pensamiento de Aristóteles, entre esencia y existencia. Es absolutamente inconcebible que este Primer Motor, movido por misericordia, envíe a su Hijo para redimir a seres inferiores. Además, este “dios” desconoce la particularidad de nuestras vidas; es un “dios” al que no es propiamente posible orar.
Lo que hace Tomás es aprovechar la argumentación aristotélica no para decir que ese es Dios sino para mostrar que pueden rebatirse los ataques u objeciones contra el Dios en que él cree. Tal fe tiene su origen y soporte en la predicación, la Escritura, la enseñanza de la Iglesia, la vida de oración. La razón defiende la fe; no la demuestra ni la crea.
El alma
Principio de vida en los seres vivos. Este palabra castellana es la traducción del término latino anima (aire, aliento, respiración), que a menudo es sinónimo de spiritus (en griego pneuma). Sin embargo Platón y Aristóteles utilizaron con más frecuencia el vocablo “psyché.” En el mundo griego encontramos dos formas de entender la noción de alma:
aquello que nos permite alcanzar el conocimiento y la ciencia: alma como principio de racionalidad;
aquello que se encuentra en los seres vivos gracias a lo cual dichos seres son capaces de realizar actividades vitales y se diferencian de los seres puramente inertes: alma como principio de vida.
Los filósofos griegos aceptaron estas dos dimensiones en el alma humana, pero unos subrayaron un aspecto y otros otro; por ejemplo, Platón destaca la primera dimensión, defendiendo su carácter divino e inmortal; sin embargo Aristóteles va a subrayar la segunda (aunque sin olvidar totalmente la primera, como se verá en relación con el alma intelectiva) y propone las siguientes definiciones del alma:
como principio de vida;
como la forma de los cuerpos organizados;
como el acto de aquellos seres que tienen vida en potencia.
Al entender de este modo la noción de alma Aristóteles estará obligado a admitir la existencia del alma no sólo en los hombres sino también en los animales y las plantas. Puesto que el alma es principio de vida y existen distintos niveles de vitalidad, habrá también distintas almas, o partes del alma o funciones del alma. Por ello, Aristóteles distingue la vegetativa, la sensitiva y la intelectiva.
Persona
La definición clásica es la dada por Boecio en De persona et duabus naturis, cap. II: Naturæ rationalis individua substantia (sustancia individual de naturaleza racional).