“Si bien hay notables diferencias entre las distintas denominaciones protestantes, todas sin excepción han abrazado la teoría de que la Iglesia se fue corrompiendo paulatinamente cuando tradiciones “humanas” y falsas enseñanzas fueron poco a poco infiltrándose en la Iglesia cristiana al punto de desplazar las verdades contenidas en la Escritura. Es en esta situación [según ellos] donde Dios “decide” renovar la Iglesia refundándola en un nueva “Iglesia”, “grupo” u “organización que si es capaz de mantenerse fiel a la verdad, y no es casualidad que ellos afirmen ser ese grupo. Así, estos grupos no piensan ser cismáticos o apóstatas porque su fundador ha salido de la Iglesia Católica o de algún otro grupo salido de ella, sino “reformadores”. Si salieron de la Iglesia fue porque esta se “corrompió”, y si salieron de otra denominación cristiana es porque este también se “corrompió”. Es en este contexto donde se hace necesario una y otra vez “refundar” la Iglesia convirtiéndose así el cisma en un círculo vicioso que degenera en las miles de sectas y denominaciones protestantes como las conocemos hoy…”
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