Especialmente al terminar el Rosario:
Por estos misterios santos
de que hemos hecho recuerdo,
te pedimos, ¡oh María!,
de la Fe santa el aumento;
la exaltación de la Iglesia;
del Papa el mejor acierto,
de esta nación soberana,
la unión y feliz gobierno.
Que el gentil conozca a Dios;
que el hereje vea sus yerros,
que todos los pecadores
tengamos arrepentimiento.
Que los cautivos cristianos
sean libres de cautiverio,
Goce puerto el navegante
y de salud el enfermo.
Que en el purgatorio logren
las ánimas refrigerio,
Y que este santo sacrificio
tenga efecto tan completo
en toda la cristiandad,
que alcancemos por su medio,
el ir a alabar a Dios
en tu compañía en el cielo. Amén
(Compartida por José Santiago Baños)