“Muchas veces, algunos, con las mejores intenciones seguramente, entienden que, antes de hacer una denuncia pública se debe corregir en privado al hermano. Esta mañana, por gracia de Dios, nos topamos con este clarísimo texto de Santo Tomás de Aquino, el doctor universal, cuyo extracto presentamos pues puede servirnos para “avivar el seso”…”
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