Uno de los aspectos más fascinantes de la vida de Santa Rosa de Lima es precisamente que su nombre, Rosa, empezó siendo un elogio a su belleza: la hermosura de su rostro y de su cuerpo.
Por eso, y por otras razones, es tan actual la querida Rosa: porque en nuestra época la belleza, sobre todo la belleza de la mujer, suele estar asociada al mercado e incluso al pecado.
La Biblia nos presenta un perfil de cómo es una mujer en Dios: es bella, sabia, piadosa, generosa, fecunda. La Biblia no propone, como lo hace el feminismo, que le mujer compita con el hombre o que se masculinice para lograr lo mejor de sí misma.
¡Necesitamos entonces muchas hermosas Rosas de Lima!