La segunda semana de Cuaresma está marcada por el Evangelio de la Transfiguración, que se lee el Domingo. Es hermoso pensar que el propósito de toda la Cuaresma es precisamente nuestra transfiguración, de modo que la luz de la Pascua resplandezca en nosotros, al modo de un reflejo de la luz del Señor Resucitado.
Este modo de ver las cosas nos invita a revisar cuáles son las “oscuridades” y las “opacidades” en nuestra vida. Es oscuridad lo que guerrea contra Dios, o sea, el pecado aceptado; es “opacidad” lo que permanece ambiguo y confuso en nosotros. La tarea entonces es despejar el corazón y el alma de lo opaco y lo oscuro.
No estamos solos en esa tarea: nos acompañan la Palabra de Dios escuchada con atención; la fuerza del Espíritu santo, invocado con fervor; la eficacia de lo sacramentos, especialmente la confesión, recibida con fe.
Tu vida; transfigurada. ¡Proyecto de Cuaresma 2021!