“La primera manera de explicar estas contradicciones o, en todo caso, diferencias, es que a pesar de apoyarse en testimonios y fuentes precedentes, los Evangelios son cuatro obras redactadas por cuatro autores distintos. Según la finalidad que cada autor asignaba a su obra, podía utilizar el mismo material, ese mismo episodio o esa misma parábola, de manera diferente. Podemos añadir que dichas disparidades son también prueba de autenticidad: si fuera un relato de ficción, sus autores habrían unificado mejor las cosas…”
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