“Traducida al castellano en 1966 por García Morente, La decadencia de Occidente fue prologada por Ortega y Gasset, quien califica la obra de Spengler como una «filosofía de la historia». Con su estilo didáctico, el filósofo madrileño explica cómo lo importante para una filosofía de la historia no son tanto los hechos, sino la misma realidad histórica de la que los hechos, como la muerte de César, no son sino su superficie. Por eso, frente a la historia de los historiadores, Spengler se plantea la pregunta filosófica: ¿cuál es el sujeto de la historia? Para responder que dicho sujeto, que su substancia, es la cultura, es decir, un modo orgánico de pensar y sentir. Las culturas, nos dice Spengler, son plantas y, como tales, atraviesan tres etapas: juventud, madurez y senectud. En 1918, Spengler consideraba que la cultura occidental estaba asistiendo a su momento de decadencia…”
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