Cientos de miles, quizás millones de personas desean asistir a la Jornada Mundial de la Juventud, JMJ, edición 2018. Cosas maravillosas y muy positivas pueden suceder pero también es razonable tener temor por aquello de que “donde hay ovejas llegan lobos.”
Pido a todos, con respeto y cariño, que seamos insistentes en la oración en favor de Panamá, como país anfitrión, y también por los organizadores, los participantes y los que vayan a predicar. En particular, que sea pura y fiel a la enseñanza de la Iglesia la enseñanza que se ofrezca sobre afectividad, sexualidad y familia, temas completamente vitales en todo tiempo pero aun más en esas edades. Amén.