Yo veo que tiene sentido pronunciarse masivamente contra la corrupción; pero aún así tengo serias reservas sobre la consulta anti-corrupción en Colombia:
1. Reducir la corrupción al tema del dinero es un pésimo comienzo. Sabemos de las manipulaciones del gobierno del presidente Santos sobre ideología de género. Sabemos que la legislación pro-eutanasia en Colombia es mucho peor que lo que pueden tener Francia o Estados Unidos. Sabemos del asesinato legalizado del aborto, ¿y ahora es corrupción solo lo económico?
2. Cuando Santos propuso el PLEBISCITO sobre el Acuerdo de Paz la ciudadanía dijo NO. Un referendo, en la ley colombiana, tiene mucha mayor fuerza que una CONSULTA. Y sin embargo, el resultado del Referendo fue burlado hasta el punto de que recientemente la Corte Constitucional permitió penas “alternativas” para violadores de menores de edad, cuando se trata de abusos hechos por exguerrilleros. Si eso sucede con un Plebiscito, ello muestra que la fuerza legal REAL de una consulta es demasiado baja, sobre todo porque el texto de la ley que sea aprobada no queda ligado a la redacción de la Consulta.
3. Varios de los grandes promotores de la Consulta son personas que han dado señales de comportamiento poco ético y sin ningún arrepentimiento. Por ejemplo, sabemos que Claudia López tenía que haber renunciado a su sueldo de senadora para hacer campaña de vicepresidenta, y no lo hizo [Y sí prometió en abril que renunciaría a su curul]. Antanas Mockus es persona con procesos serios en su contra, que perfectamente pueden converger hacia su destitución como senador. Esa falta de predicar con el ejemplo hace sospechar seriamente del propósito real de la Consulta misma.
4. Una parte importante de lo que propone la Consulta es irrealizable sin una reforma constitucional. Hay temas, como el del sueldo de los congresistas, que no pueden legalmente ser materia de Consulta, entendida esta como órgano de expresión de la voluntad popular, según la Constitución actualmente vigente en Colombia. Ello hace sospechar que una parte sustancial de lo que se diga en la Consulta será pérdida de dinero: cerca de 300 mil millones de pesos (algo más de 100 millones de dólares).
5. A la vista de los evidentes intereses políticos de quienes proponen la consulta, y de su agenda para los próximos años (por ejemplo, alcaldía de Bogotá), cabe preguntarse si un respaldo masivo a tal iniciativa es un acto responsable con el futuro de este país.
Por todo ello, repito: yo entiendo el propósito de quienes quieren apoyar al Consulta pero creo que entiendo un poco mejor a quienes tienen reservas razonables para dar su apoyo a tal iniciativa.