Para estas reflexiones me apoyo en un artículo del Forum Libertas.
Tres cosas que no se mencionan con respecto al horrendo escándalo de abusos sacerdotales en Pennsylvania:
(1) Estamos nuevamente ante una presentación que recoge décadas de delitos, y así logra cifras muy altas. Aclaramos: UN SOLO CASO ya sería demasiado. Pero no seamos ciegos: la presentación SIMULTÁNEA de tantos casos quiere producir un efecto determinado. Muchos casos han prescrito y ya han sido juzgados y condenados. De todas formas, el fiscal Josh Shappiro presenta todo junto para que tenga mayor efecto.
(2) En la mayor parte de los casos se trata de situaciones de homosexualidad. El poder del lobby LGBTI trata de frenar ese dato, que es real: mucho más del 90% de los casos tienen que ver con clero homosexual. Lo cual indica en qué dirección hay que mirar si de verdad se quiere un cambio para mejor en la Iglesia Católica.
(3) En la inmensa mayoría de los casos la ley de la Iglesia, el Derecho Canónico, NO SE APLICÓ. Una de las grandes vergüenzas nuestras como católicos, es que la falta de acción de los superiores ha terminado en que estos casos espantosos lleguen, con empeorada gravedad, a las autoridades civiles.
EN CUALQUIER CASO, lo que sigue es humildad, penitencia, conversión, dar el primer lugar a la reparación psicológica y espiritual de las víctimas, y luego: tener en cuenta los puntos aquí mencionados.