Hace poco estaba ofreciendo un retiro espiritual en Lima y para un momento de adoración eucarística sonaron las notas de una canción que yo tenía años sin escuchar ni cantar: “Ha venido el Señor / a traernos la paz; / ha venido el Señor: / ¡y en nosotros está!”
Me impactó cuántas imágenes de mi niñez y adolescencia llegaron a mi mente a medida que las notas y la letra de ese hermoso canto llegaban a mis oídos.
Y pienso cuánto bien puede hacer la música, bien utilizada. Aunque tampoco puedo dejar de pensar cuánto daño hacen la mala música y las malas letras en tantas personas.
Dios nos conceda utilizar para su gloria los talentos que Él mismo nos ha concedido!