“Los que son padres saben lo difícil que es calmar a un niño cuando está enojado, nunca se está seguro de qué es lo que quieren y la solución más fácil es darles algo para que se entretengan. Un juguete que tengan a la mano o incluso un bocadillo pueden ser buenos aliados, pero ¿qué pasa con aquellos que prefieren entregarles el teléfono móvil o el tablet?”
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