El agnosticismo pretende negar toda posibilidad de afirmar algo sobre Dios, aparte del capricho subjetivo o el pensar con el deseo; el fundamentalismo cree que todo lo de Dios es tan evidente que quien lo niegue debe ser tratado como culpable de un crimen; la fe católica evita estos extremos al proclamar que sabemos de Dios pero que su ser mismo es misterio de amor y luz insondable.