LECTURA ESPIRITUAL para el Jueves IV de Pascua
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Alimento del Alma: Textos, Homilias, Conferencias de Fray Nelson Medina, O.P.
LECTURA ESPIRITUAL para el Jueves IV de Pascua
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¡Vengo ante ti, vengo ante ti, mi Padre Dios!
¡Vengo ante ti, vengo ante ti, Cristo Señor!
1. Vengo ante ti, vengo ante ti con lo que soy;
Vengo ante ti, vengo ante ti: dispuesto estoy.
2. Vengo ante ti: dame tu Espíritu de Amor;
Vengo ante ti porque sin ti yo nada soy.
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Dios va conduciendo a todos los pueblos a los pies y al corazón de Cristo, para que ahí podamos reconocernos como hermanos y merecedores de un mismo amor.
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#VisperasFrayNelson para el Miércoles IV de Pascua
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[REPRODUCCIÓN PERMITIDA en redes sociales, blogs, emisoras de radio, y otros medios. Tu donación hace fuerte la evangelización católica. ¡Dona ahora!]“En el Capítulo VIII de la Exhortación Apostólica Amoris Laetitia, el papa Francisco propone una vía pastoral para las personas y las familias que se encuentran en situaciones irregulares. Esta vía está expresada en tres acciones fundamentales: acompañar, discernir e integrar. Tienen un objeto común: la fragilidad. Y, desde luego, un sujeto que las realiza: la Iglesia…”
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«En el mismo día se volvió; se vino derecho a la cumbre del cerrillo, y acertó con la Señora del cielo, que le estaba aguardando, allí mismo donde la vio la vez primera. Al verla, se postró delante de ella y le dijo: Señora, la más pequeña de mis hijas, Niña mía, fui adonde me enviaste a cumplir tu mandato: aunque con dificultad entré adonde es el asiento del prelado, le vi y expuse tu mensaje, así como me advertiste; me recibió benignamente y me oyó con atención; pero en cuanto me respondió, pareció que no lo tuvo por cierto; me dijo: Otra vez vendrás; te oiré más despacio; veré muy desde el principio el deseo y voluntad con que has venido.
«Comprendí perfectamente en la manera como me respondió, que piensa que es quizás invención mía que tú quieres que aquí te hagan un templo y que acaso no es de orden tuya; por lo cual te ruego encarecidamente, Señora y Niña mía, que a alguno de los principales, conocido, respetado y estimado, le encargues que lleve tu mensaje, para que le crean; porque yo soy un hombrecillo, soy un cordel, soy una escalerilla de tablas, soy cola, soy hoja, soy gente menuda10, y tú, Niña mía, la más pequeña de mis hijas, Señora, me envías a un lugar por donde no ando y donde no paro. Perdóname que te cause gran pesadumbre y caiga en tu enojo, Señora y Dueña mío.
«Le respondió la Santísima Virgen: Oye, hijo mío el más pequeño, ten entendido que son muchos mis servidores y mensajeros, a quienes puedo encargar que lleven mi mensaje y hagan mi voluntad; pero es de todo punto preciso que tú mismo solicites y ayudes y que con tu mediación se cumpla mi voluntad. Mucho te ruego, hijo mío el más pequeño, y con rigor te mando, que otra vez vayas mañana a ver al obispo. Dale parte en mi nombre y hazle saber por entero mi voluntad: que tiene que poner por obra el templo que le pido. Y otra vez dile que yo en persona, la Siempre Virgen Santa María, Madre de Dios, te envía.
«Respondió Juan Diego: Señora y Niña mía, no te cause yo aflicción; de muy buena gana iré a cumplir tu mandato; de ninguna manera dejaré de hacerlo ni tengo por penoso el camino. Iré a hacer tu voluntad; pero acaso no seré oído con agrado; o si fuere oído, quizás no se me creerá. Mañana en la tarde, cuando se ponga el sol, vendré a dar razón de tu mensaje con lo que responda el prelado. Ya de ti me despido, Hija mía la más pequeña, mi Niña y Señora. Descansa entre tanto. Luego se fue él a descansar en su casa».
El autor de esta obra es el sacerdote español José Ma. Iraburu, a quien expresamos nuestra gratitud. Aquí la obra se publica íntegra, por entregas. Lo ya publicado puede consultarse aquí.
#LaudesFrayNelson para el Miércoles IV de Pascua
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