Si -después de lo que has vivido- sales en busca del Señor Resucitado y te dejas encontrar por Él, has de contarlo. No te puede quedar la experiencia como regalo íntimo y espiritual. Has de decirlo a un mundo que vive en luto y en sospecha de muerte. El regalo no es sólo para ti… cobra sentido al repartirse, al contarse, al desgranarse.
Y para eso, has de relatar los indicios que te han hecho creer. Cuenta, cuenta lo que comprendiste el Jueves Santo al ver a Cristo arrodillado a tus pies, lo que sentiste al adorar la cruz de Cristo sufriendo lo tuyo, lo que percibiste al hacerse la luz de tu vida en la Vigilia pascual. Y da vida y luz a los que se acercan a ti; como Cristo lo ha hecho contigo. Da testimonio de Cristo resucitado en tu comunidad y aprovecha la ocasión para que sea el primer día de una nueva era. Y para eso, ¡cuéntalo!
Fray Manuel Romero, tor