Prepararse para el Don de Dios

Homilía para la Misa de Inauguración del Quinto Encuentro Católico de Evangelización, en Dinuba, California. Textos empleados: Isaías 40,1-5 y Mateo 25,1-13.

Dios llega a liberar, consolar, sanar y concedernos la abundancia de su amor. Nos preparamos para recibirle allanando el camino, es decir, no permitiendo que las contrariedades nos abajen o los éxitos nos envanezcan. Y nos preparamos entendiendo que el tiempo perfecto es el de Dios y no necesariamente el nuestro.

Breve ordo para la semana del 15 al 21 de noviembre de 2015

Videos de micro-homilías para esta semana:

https://www.youtube.com/playlist?list=PLRmr1_QLb8peRoJccyB-Jk9dii1DIzGB6


Liturgia de las Horas para esta semana:

Domingo 15 de noviembre de 2015: Domingo XXXIII del Tiempo Ordinario, ciclo B

Lunes 16:

Martes 17:

Miércoles 18:

Jueves 19:

Viernes 20:

Sábado 21: Memoria de la Presentación de la Santísima Virgen María


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Arde París

El título de la famosa obra de Collins & Lapierre, aunque esta vez sin el interrogante, es el resumen de una serie trágica de atentados que dejan un saldo de decenas de muertos. Escribo esto en medio de la consternación propia del 13 de noviembre de 2015.

El presidente Hollande ha ordenado cierre de fronteras y para todos los efectos el pueblo francés experimenta el dolor y angustia propios de una situación de guerra. Pero en la novela histórica de 1964 el enemigo era claro, visible y externo: los nazis. Ahora, en cambio, una sociedad pulverizada ha descubierto con un golpe de terror que no sabe bien ni quiénes son sus enemigos ni cuáles podrían ser sus amigos de fiar. Resulta que los “valores” no subsisten por sí mismos, ni por la sola inercia cultural, si no están anclados firmemente en algo más profundo y estructurado: un credo común. Duélale a quien le duela, y llámenme fanático religioso si les place, el hecho es que los enemigos, bien infiltrados y presentes en las entrañas mismas de Europa, se reconocen entre sí al grito de “¡Alá es grande!” Frente a ellos, la mayor parte de los actuales europeos no tienen nada que gritar porque la única consigna posible sería “¡Viva Cristo Rey!” y ese es un grito malsonante para el laicismo que campea por la Europa otrora cristiana. Continuar leyendo “Arde París”