“Al capitalismo le conviene seres funcionales y productivos, le tiene sin cuidado el ser del sujeto, su deseo y su verdad. Por ello, en este escenario caótico, asumo como una necesidad ética, cuestionar los planteamientos, ámbitos de aplicación y prácticas del coaching, no sólo como dispositivo de control social, sino además denunciar su nociva modalidad coercitiva, la cual representa un conjunto de cursos, talleres o entrenamientos con un esquema multinivel, operación piramidal y dinámica sectaria, a los cuales se accede a través de un enrolamiento comercial y en los que se usan sin propósitos terapéuticos ni marcos éticos estrategias de persuasión coercitiva, bajo la falaz premisa de modificar creencias limitantes y generar una reconstrucción en las personalidades de los participantes…”
Haz click aquí!