“Hágase la misma pregunta en su profesión: ¿Y si cada vez que fallo en lo que hago, una mina se activara debajo de mis zapatos? Y si así fueran las cosas, ¿Con qué ánimo nos levantaríamos todos los días para cumplir nuestros quehaceres de oficina? Aunque parezca absurdo y terrorífico esta es la realidad que vive este hombre de Sincelejo desde hace 18 años, primero como guía canino buscando bombas y luego, como técnico profesional en explosivos de la Dijín (Dirección de Investigación Judicial e Interpol – Colombia)…”
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