[Retiro a la Provincia de Bogotá de las Hermanas de la Presentación. Junio de 2015,]
Tema 04 de 10: Colapso institucional
* ¿Por qué es necesario lo “institucional” en la vida religiosa?
(1) Los procesos de formación requieren estabilidad.
(2) No es posible establecer metas a largo plazo sin claridad en cuanto a recursos, propósitos y personas.
(3) Las obras menores o nacientes—típicamente obras misioneras—requieren apoyo y cuidado constantes.
* Los profundos cambios culturales ya descritos como antecedente a la Exhortación Apostólica Vita Consecrata prepararon el camino para una sociedad desencantada de lo que algunos filósofos han llamado “grandes relatos.” un relato o narrativa es “grande” cuando se presenta como marco de referencia y fuente de explicaciones para cuestiones amplias y diversas. La filosofía misma es un buen ejemplo de “gran relato.” Un sistema filosófico intenta responder cuestiones en rangos inmensos, desde lo cosmológico hasta lo ético; desde cómo conocemos hasta qué es la realidad, en último término.
* Mas esos grandes relatos, incluyendo los propios de la religión, no detuvieron las grandes crisis del siglo XX. Los campos de concentración, las guerras mundiales, la guerra fría, los desastres ecológicos estarían indicando que es por lo menos sospechosa la “verdad” que nos venden las grandes instituciones, que siempre se justifican en esas narrativas grandes. Por este camino se ha gestado el colapso primero y fundamental: la Verdad con V mayúscula o no existe, o es desconocida, o es peligro que amenaza a quienes no la acepten.
* Después de esta caída sigue la caída del Bien Común, la trascendencia, y se hacen imposibles la fidelidad y la abnegación. El ser humano se repliega en sus intereses inmediatos y en su pequeño círculo de amigos. Se inicia ahí mismo la construcción de la nueva “torre de Babel# de la que vienen la mayor parte de nuestros alumnos y vocaciones:
(1) El SER: sólo interesa la existencia de lo que afirme el Mercado, popularice la Publicidad y apruebe la Ciencia.
(2) El DEBER SER: lo determinan tres cosas, a saber, la ley (entendida como puro positivismo: acuerdo convencional); las costumbres de la #tribu# a la que cada quien pertenezca; y el puro deseo subjetivo, que adquiere un carácter prácticamente sagrado.
(3) El HACER, o sea, qué hace un ser humano normal, adquiere como única respuesta: producir, consumir y entretenerse.
(4) El BUSCAR, es decir, lo que queda de metas a mediano plazo: seguridad, prosperidad y felicidad.