Yo le pedí a Jesús:
“Guarda mi alma.”
Me dijo que la Cruz
es mi esperanza;
el fruto del amor
es la confianza
y no hay amor mayor
que el de la Pascua.
También Él me pidió
con su mirada:
“Guarda tu corazón
y tus palabras;
custodia bien la fe
y la esperanza;
aquí te aguardaré,
aquí en mi casa.”