Si a veces has sentido que no sabes qué decir o que pierdes el tiempo cuando vas a visitar el Santísimo Sacramento, estos pasos y sugerencias te pueden servir:
(1) Recuerda quiénes Él. Te va a resulta muy útil cuanto recuerdes de pasajes bíblicos proféticos, o de los Evangelios, o de los escritos de los apóstoles.
(2) Recuerda quién eres tú. Toma conciencia de tu condición de creatura y de redimido. Te puede servir identificarte con personajes de los pasajes del Evangelio que nos presentan encuentros con Jesús: la pecadora perdonada o el publicano llamado a seguir a Cristo, por ejemplo.
(3) Recupera el sentido y el valor del silencio. Dale oportunidad a Dios de que te hable, te cuestiones, te consuele, o sencillamente, que su poder y su bondad vengan sobre ti.
(4) Después recuerda que hay distintos modos de oración y todos tienen su importancia: alabanza, acción de gracias, petición, perdón, intercesión, ofrecimiento.
(5) ¡Y no olvides que es necesario ser perseverantes si de veras queremos permitirle a Cristo-Eucaristía que transforme nuestras vidas!