La Iglesia entera necesita que se le recuerde que está incompleta, que está a la espera, que le falta Cristo. Y la vida en el desierto fecundo de la soledad y la contemplación es como un adviento permanente que se convierte así en memoria viva para la Iglesia toda. Predicación en el Monasterio del Santísimo Rosario, en Duitama, Boyacá, Colombia.