“La devoción por Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá se extendió desde una vetusta capilla de los aposentos de la viuda del encomendero Antonio de Santana hasta las rutas precolombinas que comunicaban a los dominios incas con sus vecinos. El relato del fenómeno místico fue conservado y transportado por la tradición oral…”
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