¡Oh Jesús mío! Asisto en espíritu a todos los Santos Sacrificios de las Misas que se celebren en este día sobre toda la tierra, y las ofrezco a las intenciones de tu Corazón y para gloria de tu Santo Nombre.
Te pido, dulce Jesús mío, me concedas para cada uno de mi familia, en cada una de estas Misas, una gota de tu preciosísima Sangre, para satisfacción de nuestros pecados y de las penas que por ellos hemos merecido.
Te pido aún que me concedas por la virtud de cada uno de estos Sacrificios, que sean libertadas todas las ánimas benditas del Purgatorio, los moribundos obtengan misericordia en su agonía y se salven, los pecadores se conviertan y que sean impedidas las ofensas que afligen tan profundamente Tu Divino Corazón.
Jesús mío, en este momento te ofrezco todas las penas, angustias y dolores, que sienta yo hasta el momento de morir; por dejar este mundo que prestaste para mí; pues pasajero soy a tu Divino Reino,
Señor, quisiera llegar contigo con la más grande gratitud y servirte por siempre si así lo deseas.
¡Oh Jesús mío! Estoy presto a morir en la hora, el lugar, y en la manera que os plazca, pero yo no quiero morir sin Ti, sino cerca de tu Divino Corazón y en brazos de Jesús, José y María.
¡Jesús mío, misericordia, amén.