Las siete frases de un buen ejecutivo

Las seis palabras más importantes:
YO ADMITO QUE COMETÍ UN ERROR

Las cinco palabras más importantes:
ME SIENTO ORGULLOSO DE USTED

Las cuatro palabras más importantes:
¿CUÁL ES SU OPINIÓN?

Las tres palabras más importantes:
HÁGAME EL FAVOR

Las dos palabras más importantes:
MUCHAS GRACIAS

La palabra más importante:
NOSOTROS

La palabra menos importante:
YO

Descubridores, conquistadores y cronistas

Descubridores, conquistadores y cronistas

Pero estamos aquí para recordar los hechos de los Apóstoles de América, es decir las grandes gestas misioneras que deben ser conmemoradas en su quinto centenario. Y antes de entrar a contemplar la figura de los santos apóstoles de las Indias, en su gran mayoría religiosos, debemos recordar también a los buenos cristianos que, sin ser propiamente misioneros, colaboraron positivamente en la evangelización.

Y en primer lugar hemos de recordar a aquellos descubridores, conquistadores y cronistas que, cada uno a su manera, supieron colaborar a la difusión de la fe en Cristo. Ya hemos dedicado un breve capítulo a Cristóbal Colón, y en seguida estudiaremos en otro el talante apostólico de Cortés. Aludiremos ahora brevemente a algunos otros personajes que interesan a nuestro tema.

Alonso de Hojeda (1466-1515)

Compañero de Colón en el segundo viaje, en 1493, era Hojeda un hombre muy atractivo, «de los más sueltos hombres en correr y hacer vueltas y en todas las otras cosas de fuerzas», dice Las Casas, y añade: «todas las perfecciones que un hombre podía tener corporales, parecía que se habían juntado en él, sino ser pequeño». Obtuvo Hojeda la gobernación de la Nueva Andalucía -parte de la actual Colombia-Venezuela-, donde él y los suyos pasaron innumerables calamidades.

Hojeda siempre llevaba consigo una imagen de la Virgen que le había regalado en España el obispo Juan Rodríguez de Fonseca, el del Consejo de Indias. Cuando al fin tuvieron que pasar a La Española en busca de socorros, fueron a dar en una costa cenagosa del sur de Cuba, y hubieron de caminar varias semanas con barro hasta las rodillas y la vida en peligro. Cada vez que descansaban sobre las raíces de algún mangle, allí plantaba Hojeda su imagen de la Virgen, exhortando a todos a que le rezasen y pusieran en ella su confianza. En la mayor angustia, hizo voto de regalar la imagen en el primer pueblo que hallasen, que fue Cueyba, en Camagüey, donde les acogieron compasivos unos indios infieles. Hojeda, en el lenguaje de la mímica, se ganó al cacique para hacer allí una ermita.

Y el padre Las Casas cuenta: «Yo llegué algunos días después de este desastre de Hojeda», y estaba la imagen bien guardada por los indios, «compuesta y adornada». Quiso Las Casas quedarse con ella, ofreciendo otra a los indios, pero éstos no quisieron ni oir hablar del tema. Y cuando al otro día fue a celebrar misa en la ermita, la imagen no estaba, pues el cacique se la había llevado al monte, y no la volvió hasta que se fueron los españoles. Según parece es ésta la actual Virgen de la Caridad del Cobre. Así que el primer santuario mariano de las Indias lo fundó un laico (Historia II,60). También Cortés, como veremos, hacía lo mismo al afirmarse en un lugar: lo primero de todo, un altar con una cruz y la imagen de la Virgen con su glorioso Niño. Y muchas flores.

Por lo demás, estos hombres que iban de exploración o de guerra con una imagen de la Virgen a la espalda no eran santos, sino cristianos pecadores, y no raras veces prevalecía en ellos el pecado sobre la gracia. Hojeda, por ejemplo, fue a veces muy duro con los indios, y Balboa tuvo que denunciarle en carta al emperador. Tampoco Fonseca, que le regaló la imagen de la Virgen, era un obispo demasiado ejemplar, si pensamos que tuvo en La Española sus buenos intereses económicos y un no pequeño repartimiento de indios. Eran pecadores, cristianos pecadores, para ser más exactos. Es decir, cristianos. Hojeda en 1510 entró en un convento de Santo Domingo, para dedicarse sólo a Dios.

El autor de esta obra es el sacerdote español José Ma. Iraburu, a quien expresamos nuestra gratitud. Aquí la obra se publica íntegra, por entregas. Lo ya publicado puede consultarse aquí.

Catequesis básica sobre sanación interior, 3 de 3

[Guía sobre la sanación interior, con énfasis sobre la famlia. Enseñanzas en una reunión de Pequeñas Comunidades de la Parroquia de San Juan de Ávila, en Bogotá.]

Tema 3: Aspectos prácticos de la sanación

* ¿Cómo podemos acercarnos de un modo más fructuoso al amor de Cristo? ¿Qué podemos hacer en concreo ara facilitar un encuentro más pleno con Él y con su gracia?

Que las potencias del alma se encuentren con el poder de Dios

* Las potencias son posibilidades de acción en las que desarrollamos nuestro ser. Son tres: inteligencia, voluntad y memoria.

* El apetito de la inteligencia es la verdad (conocimiento, certeza, sentido); el apetito de la voluntad en el bien (bondad, belleza, acogida); el apetito de la memoria es el ser (autoposesión, ubicación, poder).

* El uso de la inteligencia es clave para situar en un marco de realidad el problema que tengo en su justa dimensión. Es también clave para acoger con toda su fuerza la Palabra de Dios, por ejemplo, en el hecho importantísimo de que Cristo no tiene asco del pecador ni del enfermo.

* A partir de la verdad así revelada, se da paso al amor de gratitud y el deseo de un bien semejante al bien revelado para nuestra propia vida. En un paso ulterior, la memoria abre generoso espacio a la verdad aprendido y al afecto que ha quedado bien impreso en el alma. De ese modo, todo nuestro ser aprende a adherirse a Cristo

Algunas composiciones de lugar útiles

* ¿Qué son las composiciones de lugar? Son estrategias o maneras de utilizar con sabiduría nuestra imaginación para ser más dóciles a la Palabra y la voluntad del Señor.

* Ejemplos de esas composiciones son: imaginarse la entrega de cada día, o de las propias heridas; o también situarse en pasajes del Evangelio.

Catequesis básica sobre sanación interior, 2 de 3

[Guía sobre la sanación interior, con énfasis sobre la famlia. Enseñanzas en una reunión de Pequeñas Comunidades de la Parroquia de San Juan de Ávila, en Bogotá.]

Tema 2: Pasos de sanación

* La necesidad de sanación no es un pecado pero sí puede ser un factor que propicia, acelera o agrava el pecado.

* El camino de la sanación es eso: un proceso, un recorrido que tiene etapas y por tanto, de manera usual, demanda tiempo. Tratar de acelerar esos procesos o pretender que se ha logrado mucho con poco tiempo fácilmente lleva a un modo de auto-engaño que luego dará paso a una crisis o dolor más grave.

* Los pasos típicos de la sanación son cuatro: (1) reconocer el problema; (2) dimensionarlo, en el contexto de otras necesidades propias y ajenas; (3) recibir AMOR: sólo el amor de verdad, e amor que brota del Corazón Sagrado del Dios hecho hombre, tiene capacidad de sanar, esto es: reconstruir; (4) definir un camino: la sanación es como ser elegido de nuevo y de un modo peculiar, y en la Biblia toda elección orienta hacia una misión.

Catequesis básica sobre sanación interior, 1 de 3

[Guía sobre la sanación interior, con énfasis sobre la famlia. Enseñanzas en una reunión de Pequeñas Comunidades de la Parroquia de San Juan de Ávila, en Bogotá.]

Tema 1: Introducción al concepto y los síntomas

Concepto de sanación interior

* Hay algo que debe ser curado. Usamos un lenguaje metafórico tomado de la realidad física para aplicarlo a otras realidades menos visibles pero no menos reales.

* Hablamos de heridas, como en el caso de los traumas afectivos; enfermedades, que pueden ser contagiosas; graves carencias, al modo de la desnutrición, como falta de afecto o de apoyo; incluso puede hablarse de componentes genéticos que tienen repercusiones como predisposiciones para algunas formas de comportamiento, que pueden ser dañinas.

Síntomas de necesidad de sanación

* Se nota la necesidad de sanación por el examen de una lista de deficiencias, o de anhelos permanente insatisfechos y como inalcanzables: faltas de alegría, paz, fecundidad, resiliencia y de mirada al futuro.

* Daños principales: (1) Con respecto a Dios, la persona no se siente amado como hijo, y no le interesa el reinado de Dios; (3) Con respecto al prójimo, la persona se concentra en sí mismo; el prójimo es visto con indiferencia, o como competencia o como una herramienta; (3) Con respecto a sí mismo, la persona queda encerrada en una tristeza egoísta y estéril.

Una visión del carisma de los dominicos

“Un carisma es un don de Dios, una gracia particular para cumplir una determinada función a favor de la Iglesia. La Orden de Predicadores es una orden religiosa que fue instituida específicamente desde el principio para la predicación y la salvación de las almas…”

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