Es importante felicitar a Infocatólica–a quien modestamente apoyo con alguna contribución a través de mi blog–por su postura valiente y a la vez tan respetuosa en este enojoso asunto que tiene origen definido: la postura, mal fundamentada, pero tan especiosamente presentada y tan ampliamente difundida, del cardenal Walter Kasper sobre el acceso a la sagrada comunión por parte de los divorciados vueltos a casar.
Por supuesto que la conclusión que hay que sacar de todo esto es que sólo puede calificarse de lamentable la condición doctrinal de nuestra Iglesia. Como si fuera de un adorno que puede modificarse a placer, o como si se tratara del reglamento de un club en manos de sus socios: así tratan muchos el depósito de la fe que nos dejaron los apóstoles y que fue refrendado por el sello de su propia sangre, y la de centenares de mártires nobles y llenos de amor a Dios y al prójimo. ¡Que ellos intercedan por nosotros, y particularmente por el Papa Francisco, en estas horas de incertidumbre y penosa desorientación!