Cánticos Cristológicos, 3 de 4, Colosenses

[Retiro de Semana Santa en el Convento de Santo Domingo, en Bogotá, versión 2014.]

Tema 3: Cristo en Colosenses 1,12-20

* En la Grecia antigua se juntaban dos mundos: Oriente y Occidente. En ciudades como Colosas se multiplican los predicadores y de la misma forma abunda todo tipo de filosofías y religiones. Algunas de estas teorías hablan de fuerzas y misterios, y usan un lenguaje complejo, a la vez que usan símbolos que apuntan las dimensiones trascendentes del cosmos.

* Los hombres de aquella época, lo mismo que nosotros, terminan por preguntarse qué o quién gobierna el mundo. Están convencidos de que las fuerzas en juego no son solamente las que alcanzan a ver nuestros ojos. Sus mentes se abren a un mundo espiritual en que hay muchos poderes y muchos señores.

* Pablo ve en esa situación una oportunidad para afirmar la primacía de Cristo: Él es el Señor, de TODO, lo que vemos y lo que no vemos, lo que conocemos, y lo que no conocemos, incluso más allá del alcance de nuestra imaginación.

Cánticos Cristológicos, 2 de 4, Efesios

[Retiro de Semana Santa en el Convento de Santo Domingo, en Bogotá, versión 2014.]

Tema 2: Cristo en Efesios 1,3-10

* Las Cartas a los Efesios y a los Colosenses son de las llamadas “de la cautividad.” Pablo está prisionero y su reclusión le lleva a profundizar en el misterio de Cristo, hacia dimensiones más eclesiales, e incluso cósmicas.

* Lo que maravilla al Apóstol es que Dios ha podido, en Cristo y a través de Cristo, crear un pueblo nuevo a partir de dos pueblos que se detestaban: judíos y gentiles.

* El camino que abrió Cristo fue mostrar que el pecado abunda y da fruto de muerte en uno y otro pueblo, y por eso ambos pueden encontrar en Cristo un nuevo comienzo y una esperanza firme.

Cánticos Cristológicos, 1 de 4, Filipenses

[Retiro de Semana Santa en el Convento de Santo Domingo, en Bogotá, versión 2014.]

Tema 1: Cristo en Filipenses 2,6-11

* El apóstol san Pablo tuvo una relación particularmente cercana con la comunidad de Filipos.

* Cristo “no retuvo ávidamente” ser igual a Dios: no está aferrado a lo que es. Cristo es libre hasta de sí mismo.

* Cristo, haciéndose “esclavo” se hace “como uno de tantos”: la condición humana es de esclavitud, pero servir al Señor Dios es servir al que más y mejor nos ama.

El Papa Francisco nos invita a examinarnos

Hemos oído muchos nombres, tantos nombres. El grupo de dirigentes religiosos, algunos sacerdotes, algunos fariseos, algunos maestros de la ley, que habían decidido matarlo. Estaban esperando la oportunidad de apresarlo. ¿Soy yo como uno de ellos?

También hemos oído otro nombre: Judas. Treinta monedas. ¿Yo soy como Judas? Hemos escuchado otros nombres: los discípulos que no entendían nada, que se durmieron mientras el Señor sufría. Mi vida, ¿está adormecida? ¿O soy como los discípulos, que no entendían lo que significaba traicionar a Jesús? ¿O como aquel otro discípulo que quería resolverlo todo con la espada? ¿Soy yo como ellos? ¿Soy yo como Judas, que finge amar y besa al Maestro para entregarlo, para traicionarlo? ¿Soy yo, un traidor? ¿Soy como aquellos dirigentes que organizan a toda prisa un tribunal y buscan falsos testigos? ¿Soy como ellos? Y cuando hago esto, si lo hago, ¿creo que de este modo salvo al pueblo?

¿Soy yo como Pilato? Cuando veo que la situación se pone difícil, ¿me lavo las manos y no sé asumir mi responsabilidad, dejando que condenen – o condenando yo mismo – a las personas?

¿Soy yo como aquel gentío que no sabía bien si se trataba de una reunión religiosa, de un juicio o de un circo, y que elige a Barrabás? Para ellos da igual: era más divertido, para humillar a Jesús.

¿Soy como los soldados que golpean al Señor, le escupen, lo insultan, se divierten humillando al Señor?

¿Soy como el Cireneo, que volvía del trabajo, cansado, pero que tuvo la buena voluntad de ayudar al Señor a llevar la cruz?

¿Soy como aquellos que pasaban ante la cruz y se burlaban de Jesús : «¡Él era tan valiente!… Que baje de la cruz y creeremos en él»? Mofarse de Jesús…

¿Soy yo como aquellas mujeres valientes, y como la Madre de Jesús, que estaban allí y sufrían en silencio?

¿Soy como José, el discípulo escondido, que lleva el cuerpo de Jesús con amor para enterrarlo?

¿Soy como las dos Marías que permanecen ante el sepulcro llorando y rezando?

¿Soy como aquellos jefes que al día siguiente fueron a Pilato para decirle: «Mira que éste ha dicho que resucitaría. Que no haya otro engaño», y bloquean la vida, bloquean el sepulcro para defender la doctrina, para que no salte fuera la vida?

¿Dónde está mi corazón? ¿A cuál de estas personas me parezco? Que esta pregunta nos acompañe.

De su homilía del 13 de Abril de 2014

¿Quién es Allah?

“Pensando en la importancia de las preguntas y la desinformación general, decidí compartirlas y contestarlas abiertamente. Primero debemos saber el significado de la palabra Allah. Digo la palabra porque no es un nombre propio, es una palabra árabe compuesta, “al-ilah”, “al” es el artículo, significa “el”, “ilah” (sustantivo), palabra árabe significa “dios”. Si combinamos las dos palabras juntas tenemos la palabra “Allah”, literalmente “el dios”…”

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Historia de un halcón

Un rey recibió como obsequio dos pequeños halcones y los entregó al maestro de cetrería para que los entrenara. Pasado unos meses, el maestro le informó al rey que uno de los halcones estaba perfectamente, pero que al otro, no sabía que le sucedía pues no se había movido de la rama donde lo dejó, desde el día que llegó. El rey mandó a llamar a curanderos y sanadores para que vieran al halcón, pero nadie pudo hacerlo volar. Al día siguiente el monarca decidió comunicar a su pueblo que ofrecería una recompensa a la persona que hiciera volar al halcón. A la mañana siguiente, vio al halcón volando ágilmente por los jardines. El rey le dijo a su corte:

— Traedme al autor de este milagro.

Su corte le llevó a un humilde campesino. El rey le preguntó:

— ¿Tú hiciste volar al halcón? ¿Cómo lo hiciste? ¿Eres acaso un mago?

Intimidado el campesino le dijo al rey:

—Fue fácil, mi Señor, sólo corté la rama y el halcón voló, se dio cuenta de que tenía alas y se largó a volar.

¿Leyes para obligar a los papás a que amen a sus hijos?

“El gobierno británico está preparando una propuesta de ley que obligue a los padres a querer a sus hijos. La nueva ley prevé penas de hasta diez años de cárcel para los progenitores que no transmitan amor a sus vástagos, que no los abracen o que no les den muestras de afecto, por considerar tales omisiones un delito de “crueldad emocional” (The Telegraph)…”

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Para meditar las Siete Palabras

Giotto_Crucifix

  1. Primera Palabra:
    Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen. Click!
  2. Segunda Palabra:
    Hoy estarás conmigo en el Paraíso Click!
  3. Tercera Palabra:
    He aquí a tu hijo: he aquí a tu Madre Click!
  4. Cuarta Palabra:
    Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado? Click!
  5. Quinta Palabra:
    Tengo sed Click!
  6. Sexta Palabra:
    Todo está consumado Click!
  7. Séptima Palabra:
    Padre, a tus manos encomiendo mi espíritu Click!