[Predicación en la Asociación “Jesús en Ti confío” de Bucaramanga, Colombia, en Febrero de 2014.]
* Entre el individuo y el Estado no hay una relación simple que pudiera reducirse a unas normas básicas de conducta civil. Por su propia naturaleza, la legislación de cada Estado define un perfil de lo que es aceptable y deseable, por un lado, o de lo que es detestable y prohibido por otro lado. Eso significa que las leyes de cada lugar son un perfil de vida humana, con sus puntos fuertes y sus incoherencias, vacíos o defectos.
* Llama la atención cómo en nuestro tiempo se impone agresivamente un conjunto de leyes que desprecian la vida inocente hasta el punto de considerar como un “derecho” el aborto gratuito mientras se considera como pináculo de monstruosidad a aquellos que no aprueban el comportamiento homosexual. Daría la impresión de que en nuestro tiempo el único crimen realmente horrendo es ser homófobo. ¿Qué hay detrás de semejante inversión de valores y prioridades?
* Tres fuerzas concurren en el deseo de dejar al individuo inerme, destituido de una familia que le forme yuna Iglesia que lo acoja, ilumine y restaure: el poder de un Estado idolizado y sacralizado, el dios Mercado, y las múltiples fuerzas que ven en la Iglesia el gran estorbo para sus agendas de dominación.