[Predicación en la Parroquia de San Miguelito, de San Luis Potosí, México]
Tema 3: Abrir la puerta de la fe
* Nuestra fe no es complicada. Su mensaje es tan sencillo que puede expresarse en algunas de las canciones carismáticas de ritmo más simple: “Vamos a bendecir al Señor: nosotros, los hijos de Dios.” O también: “Yo tengo un amigo que me ama.”
* El Evangelio contiene afirmaciones de extraordinaria sencillez y profundidad, como esas: somos hijos amados; el Uni-génito ha querido en obediencia de amor, ser Primo-génito de muchos hermanos. Y por eso nosotros ben-decimos, o sea: “decimos bien” de Dios con nuestra boca y especialmente con nuestra vida.
* ¿Cómo llega uno saberse redimido y llamado a ser hijo de Dios? Por Cristo, y por aquellos a los que Él ha enviado. Cristo se hace presente en nuestra historia como una carta de amor que llega principalmente por uno de cuatro canales:
(1) Por la Sagrada Escritura. El Señor dijo, refiriéndose a las Escrituras: “Ellas hablan de mí.”
(2) Por el arte religioso, que a menudo es como una Biblia visual que imprime en la mente de los que contemplan las obras el mensaje de la Escritura.
(3) A través de los misioneros, predicadores, y por supuesto, nuestros legítimos pastores.
(4) A través de la voz misma de nuestra conciencia, caja de resonancia del Espíritu Santo.
* Cuando uno acepta la propuesta del amor de Cristo, esa aceptación es abrir la puerta de la fe.