[Estudio introductorio a la Encíclica Lumen Fidei, del Papa Francisco. Predicación en los Monasterios de las Dominicas Contemplativas de Murcia y de Lerma, en España, Octubre de 2013.]
Tema 10 de 10: Ciudad de sólidos cimientos
* El cuarto y último capítulo de Lumen Fidei saca la conclusión lógica sobre los bienes que trae la fe. Si la fe no es un acto de imaginación ni de superstición; si no es fruto de ignorancia ni de conveniencia; si no es puro sentimiento ni decisión de la voluntad en el vacío; si no es subjetivismo ni pura costumbre social; si todo eso es así, entonces la fe toca una verdad que es profunda, real y pública, y por eso la fe no puede quedar confinada a los márgenes de la historia humana, ni se la puede recluir en el ámbito domesticado de las experiencias privadas.
* La fe está llamada a iluminar toda realidad humana, y eso significa: el mundo para Cristo. No se puede ser creyente y quedarse tranquilo viendo que la sociedad o la familia se organizan al margen del plan de Dios. Algunos dirán que al hablar así esta encíclica relanza un proyecto de cristiandad y por tanto de control y privilegios para el clero católico. En esto los creyentes de hoy hemos de sacar las lecciones, muchas veces duras, incluso humillantes, del pasado.
* El proyecto es el mismo: el mundo para Cristo, todo para su gloria, “instaurare omnia in Christo,” como puso en su lema San Pío X. El proyecto no cambia. Lo que hay que tener presente es que no se puede buscar el reinado de Cristo por otros métodos que no sean los de Cristo.
* Teniendo eso claro, tres son los ámbitos principales en que hay que edificar esa ciudad de sólidos cimientos: la familia, los valores de la sociedad, y el camino de los que sufren.