Los discípulos “no saben el camino” que sigue Cristo porque a él lo guía el Espíritu Santo, que ellos todavía no han recibido.
LA GRACIA del Domingo 28 de Abril de 2013
DOMINGO V DE PASCUA, CICLO C
¿Puede el amor ser un mandamiento? En realidad, la palabra de Cristo lo que hace es restaurar en nosotros la capacidad de amar.
La Iglesia, signo y salvaguardia de la trascendencia de la persona humana
49 La Iglesia, comunidad de los que son convocados por Jesucristo Resucitado y lo siguen, es « signo y salvaguardia del carácter trascendente de la persona humana ».[Concilio Vaticano II, Const. past. Gaudium et spes, 76: AAS 58 (1966) 1099] La Iglesia « es en Cristo como un sacramento, o sea signo e instrumento de la unión íntima con Dios y de la unidad de todo el género humano ».[Concilio Vaticano II, Const. dogm. Lumen gentium, 1: AAS 57 (1965) 5] Su misión es anunciar y comunicar la salvación realizada en Jesucristo, que Él llama « Reino de Dios » (Mc 1,15), es decir la comunión con Dios y entre los hombres. El fin de la salvación, el Reino de Dios, incluye a todos los hombres y se realizará plenamente más allá de la historia, en Dios. La Iglesia ha recibido « la misión de anunciar el reino de Cristo y de Dios e instaurarlo en todos los pueblos, y constituye en la tierra el germen y el principio de ese reino ».[Concilio Vaticano II, Const. dogm. Lumen gentium, 5: AAS 57 (1965) 8]
50 La Iglesia se pone concretamente al servicio del Reino de Dios, ante todo anunciando y comunicando el Evangelio de la salvación y constituyendo nuevas comunidades cristianas. Además, « sirve al Reino difundiendo en el mundo los “valores evangélicos”, que son expresión de ese Reino y ayudan a los hombres a escoger el designio de Dios. Es verdad, pues, que la realidad incipiente del Reino puede hallarse también fuera de los confines de la Iglesia, en la humanidad entera, siempre que ésta viva los “valores evangélicos” y esté abierta a la acción del Espíritu, que sopla donde y como quiere (cf. Jn 3,8); pero además hay que decir que esta dimensión temporal del Reino es incompleta si no está en coordinación con el Reino de Cristo, presente en la Iglesia y en tensión hacia la plenitud escatológica ».[Juan Pablo II, Carta enc. Redemptoris missio, 20: AAS 83 (1991) 267] De ahí deriva, en concreto, que la Iglesia no se confunda con la comunidad política y no esté ligada a ningún sistema político.[Cf. Concilio Vaticano II, Const. past. Gaudium et spes, 76: AAS 58 (1966)1099; Catecismo de la Iglesia Católica, 2245] Efectivamente, la comunidad política y la Iglesia, en su propio campo, son independientes y autónomas, aunque ambas estén, a título diverso, « al servicio de la vocación personal y social del hombre ».[Concilio Vaticano II, Const. past. Gaudium et spes, 76: AAS 58 (1966)1099] Más aún, se puede afirmar que la distinción entre religión y política y el principio de la libertad religiosa —que gozan de una gran importancia en el plano histórico y cultural— constituyen una conquista específica del cristianismo.
51 A la identidad y misión de la Iglesia en el mundo, según el proyecto de Dios realizado en Cristo, corresponde « una finalidad escatológica y de salvación, que sólo en el siglo futuro podrá alcanzar plenamente ».[Concilio Vaticano II, Const. past. Gaudium et spes, 40: AAS 58 (1966) 1058] Precisamente por esto, la Iglesia ofrece una contribución original e insustituible con la solicitud que la impulsa a hacer más humana la familia de los hombres y su historia y a ponerse como baluarte contra toda tentación totalitaria, mostrando al hombre su vocación integral y definitiva.[Cf. Catecismo de la Iglesia Católica, 2244]
Con la predicación del Evangelio, la gracia de los sacramentos y la experiencia de la comunión fraterna, la Iglesia « cura y eleva la dignidad de la persona, consolida la firmeza de la sociedad y concede a la actividad diaria de la humanidad un sentido y una significación mucho más profundos ».[Concilio Vaticano II, Const. past. Gaudium et spes, 40: AAS 58 (1966) 1058] En el plano de las dinámicas históricas concretas, la llegada del Reino de Dios no se puede captar desde la perspectiva de una organización social, económica y política definida y definitiva. El Reino se manifiesta, más bien, en el desarrollo de una sociabilidad humana que sea para los hombres levadura de realización integral, de justicia y de solidaridad, abierta al Trascendente como término de referencia para el propio y definitivo cumplimiento personal.
Este Compendio se publica íntegramente, por entregas, aquí.
La verdad sobre el aborto hoy y el trafico de esclavos de ayer
“Para escándalo de la prensa pro-aborto en España, el obispo de Alcalá, Juan Antonio Reig Pla, portavoz de los obispos españoles en los temas que atañen a la defensa de la vida y la familia, ha comparado la lucha contra las leyes abortistas (y su práctica, se entiende) a la lucha contra las leyes esclavistas (y su práctica). Esta comparación no es una originalidad del obispo: desde que se aprobó el aborto en Estados Unidos en los años 70,la han señalado muchas personas, juristas, historiadores, médicos, blancos y negros: los argumentos de la cultura esclavista en el siglo XIX y los de la cultura abortista actual son casi idénticos. Y se refutan igual: pidiendo que no se trate a un ser humano (sea un negro o un no-nacido) como una cosa…”
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