Que es la Critica Historica?

“La crítica histórica es el arte de distinguir lo verdadero de lo falso respecto a los hechos del pasado. Su objeto son tanto los documentos que nos han llegado como los hechos mismos. Podemos distinguir tres clases de fuentes históricas: documentos escritos, pruebas no escritas y la tradición. Hay tres procesos, que son medios para llegar al conocimiento de los hechos: el argumento negativo, la conjetura y el argumento a priori. Se puede decir enseguida que el estudio de las fuentes y el uso de procesos indirectos no son muy útiles a la verdadera crítica si uno no se guía principalmente por el amor ardiente a la verdad de manera que le impida alejarse del objetivo buscado por medio de prejuicios religiosos nacionales o domésticos, que puedan oscurecer su juicio…”

crítica histórica

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Una Carta al Papa Francisco

Son tan grandes y evidentes las muestras de cercanía con que has querido iniciar tu pontificado que parece casi natural escribirte y tratarte de “tú,” o de “vos,” como se usa en Argentina. Permite entonces que de modo fraterno, como es tu estilo, y con el corazón lleno de afecto, como se deja sentir el tuyo, te dirija estas palabras.

Papa FranciscoMe motiva el amor; así de sencillo. De joven novicio dominico pude acercarme por primera vez a la vida y los escritos de Santa Catalina de Siena. Pronto quedé contagiado del fuego de su amor por la Iglesia, así como de su certeza inconmovible en la presencia del Señor Jesús en su Vicario, a quien raramente llamaba de otra manera que no fuera el “Dulce Cristo en la Tierra.” Mi vida religiosa, toda ella, y mi servicio sacerdotal, todo él, han estado siempre impregnados de ese amor por el Papa, en la certeza de que “confirmar en la fe” es ministerio que toca, levanta y santifica todos y cada uno de los aspectos de la vida de la Iglesia. Nada hay en el Cuerpo de Cristo que no tenga su sustento último y su razón de ser en el misterio de la fe, y por eso, nada hay que sea ajeno al Sucesor de Pedro.

Mas no pretendo desarrollar, ni en bosquejo, la teología del papado. Mi propósito es solamente señalar algunas amenazas que veo cernirse, ya desde tempranas horas, sobre el servicio que el Espíritu Santo te ha pedido y encomendado desde el día 13 de Marzo de 2013. Bien sé que te rodean muchos consejeros de abundante luz y sincero afecto a la Iglesia. Quizás por ello mis palabras sobren. Pero aún si sobraran en el Vaticano creo que no harán daño sino algún bien en otros lugares, a otros hermanos y hermanas que puedan leerlas, porque así seremos más los que tendremos renovados motivos para rodearte con nuestra oración, amistad, obediencia y apoyo.

Mencionaré cinco amenazas.

1. Algunos grupos de presión (“lobbies”) van a querer usar tu lenguaje sobre una Iglesia humilde y pobre como arma en contra de la enseñanza moral y ministerial propia de la Iglesia.
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Preparar una buena homilia

“Finalidad de la homilía: llevar el mensaje bíblico de la liturgia de ese día para la vida de los oyentes para que toque sus vidas y se conviertan, o mejoren su vida espiritual…”

buena homilía

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La persona humana en el designio de amor de Dios

El Amor trinitario, origen y meta de la persona humana

34 La revelación en Cristo del misterio de Dios como Amor trinitario está unida a la revelación de la vocación de la persona humana al amor. Esta revelación ilumina la dignidad y la libertad personal del hombre y de la mujer y la intrínseca sociabilidad humana en toda su profundidad: « Ser persona a imagen y semejanza de Dios comporta… existir en relación al otro “yo” »,[Juan Pablo II, Carta ap. Mulieris dignitatem, 7: AAS 80 (1988) 1664] porque Dios mismo, uno y trino, es comunión del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

En la comunión de amor que es Dios, en la que las tres Personas divinas se aman recíprocamente y son el Único Dios, la persona humana está llamada a descubrir el origen y la meta de su existencia y de la historia. Los Padres Conciliares, en la Constitución pastoral «Gaudium et spes», enseñan que « el Señor, cuando ruega al Padre que todos sean uno, como nosotros también somos uno (Jn 17, 21-22), abriendo perspectivas cerradas a la razón humana, sugiere una cierta semejanza entre la unión de las personas divinas y la unión de los hijos de Dios en la verdad y en la caridad. Esta semejanza demuestra que el hombre, única criatura terrestre a la que Dios ha amado por sí mismo, no puede encontrar su propia plenitud si no es en la entrega sincera de sí mismo a los demás (cf. Lc 17,33) ».[Concilio Vaticano II, Const. past. Gaudium et spes, 24: AAS 58 (1966) 1045]

35 La revelación cristiana proyecta una luz nueva sobre la identidad, la vocación y el destino último de la persona y del género humano. La persona humana ha sido creada por Dios, amada y salvada en Jesucristo, y se realiza entretejiendo múltiples relaciones de amor, de justicia y de solidaridad con las demás personas, mientras va desarrollando su multiforme actividad en el mundo. El actuar humano, cuando tiende a promover la dignidad y la vocación integral de la persona, la calidad de sus condiciones de existencia, el encuentro y la solidaridad de los pueblos y de las Naciones, es conforme al designio de Dios, que no deja nunca de mostrar su Amor y su Providencia para con sus hijos.

36 Las páginas del primer libro de la Sagrada Escritura, que describen la creación del hombre y de la mujer a imagen y semejanza de Dios (cf. Gn 1.26-27), encierran una enseñanza fundamental acerca de la identidad y la vocación de la persona humana. Nos dicen que la creación del hombre y de la mujer es un acto libre y gratuito de Dios; que el hombre y la mujer constituyen, por su libertad e inteligencia, el tú creado de Dios y que solamente en la relación con Él pueden descubrir y realizar el significado auténtico y pleno de su vida personal y social; que ellos, precisamente en su complementariedad y reciprocidad, son imagen del Amor trinitario en el universo creado; que a ellos, como cima de la creación, el Creador les confía la tarea de ordenar la naturaleza creada según su designio (cf. Gn 1,28).

37 El libro del Génesis nos propone algunos fundamentos de la antropología cristiana: la inalienable dignidad de la persona humana, que tiene su raíz y su garantía en el designio creador de Dios; la sociabilidad constitutiva del ser humano, que tiene su prototipo en la relación originaria entre el hombre y la mujer, cuya unión « es la expresión primera de la comunión de personas humanas »; [Concilio Vaticano II, Const. past. Gaudium et spes, 12: AAS 58 (1966) 1034] el significado del actuar humano en el mundo, que está ligado al descubrimiento y al respeto de las leyes de la naturaleza que Dios ha impreso en el universo creado, para que la humanidad lo habite y lo custodie según su proyecto. Esta visión de la persona humana, de la sociedad y de la historia hunde sus raíces en Dios y está iluminada por la realización de su designio de salvación.

Este Compendio se publica íntegramente, por entregas, aquí.

Oracion corta al Espiritu Santo

Consuelo del alma

¡Oh Espíritu Santo! Amor del Padre y del Hijo: Inspíranos siempre lo que debemos pensar, lo que debemos decir, lo que debemos hacer, lo que debemos evitar; para procurar vuestra gloria y el bien de los demás. Amén.

(Compartida por el P. Roberto Mena)

XXI Aniversario de mi Ordenacion Sacerdotal

La primera palabra
que asoma a mis labios
es siempre gracias.

Cuando veo el altar,
sus cirios encendidos,
y la hermosa asamblea,
hermosa por ser tuya, Jesús,
y pienso que también es mía,
y que tu altar es el mío,
y tus palabras mías también son,
¿qué quieres que diga?
¿Qué puedo yo pensar?
Antes que cualquier pensamiento
la primera palabra
que asoma a mis labios
es siempre gracias.

Cuando tomo asiento cerca
del pecador arrepentido,
y escucho que el miedo cede
y da paso a la confianza;
y veo que los ojos brillan
con lágrimas de un gozo de pascua;
y de sus guaridas huye el diablo
incapaz de la luz con que le hieres,
¿qué quieres que diga?
¿Qué puedo yo sentir?
Antes que cualquier sentimiento
la primera palabra
que asoma a mis labios
es siempre gracias.

Cuando recibo a aquellos dos,
que tanto se han amado y se aman:
ella, hermosa como princesa,
él, galante como un rey;
y les veo esperar de mi boca una voz
que enlace su amor con el de Dios;
y sé que la Iglesia me pide
que sea testigo cualificado
de ese fuego que les une
y que les funde en el Eterno,
¿qué quieres que diga?
¿Qué puedo yo cantar?
Antes que cualquier melodía
la primera palabra
que asoma a mis labios
es siempre gracias.

Cuando tomo en mis brazos
aquella pequeña criatura,
toda vestida de Pascua,
que tan a menudo duerme,
y que sólo sabe confiar.
Y los papás y los padrinos,
felices e impacientes,
aguardan que la Iglesia
reciba su hijo como propio,
y que, del agua y del Espíritu
renazca para ya nunca morir,
¿qué quieres que diga?
¿Qué puedo yo imaginar?
Antes que cualquier maravilla
la primera palabra
que asoma a mis labios
es siempre gracias.

Cuando me acerco al lecho
de uno que ya agoniza,
y en su mirada entreabierta
me dice, sin duda alguna,
que ya no ve tanto este mundo
sino aquel otro que se le acerca;
y con solemne gesto le unjo
bendiciendo sus manos y su frente,
por despertar aún más la fe en el alma
y en su rostro, una sonrisa,
¿qué quieres que diga?
¿Qué puedo yo recordar?
Antes que cualquier recuerdo
la primera palabra
que asoma a mis labios
es siempre gracias.

Sí, mi Señor y mi Dios:
Gracias, Gracias y Gracias.

Gracias que me has dado
para ser ministro tuyo,
y gracias que yo te doy,
por ser ministro tuyo.

Sí, mi bendito Salvador:
Gracias, Gracias y Gracias.

Lo bueno sea para tu honra;
lo malo para mi conversión.

Jesús: te amo.
Jesús: misericordia.
Jesús: alabado seas, y amado y obedecido.

Amén.

Siguiente ataque a la familia: poliamor

“En Australia se ha constituido recientemente el Polyamory Action Lobby (PAL), que pretende que se reconozca el derecho de las personas a contraer matrimonio con quien se quiera y con cuantos se quiera. El PAL ya tiene su propio grupo en Facebook y ha lanzado esa propuesta pública a Change.org, argumentando que la ley no debe ser una barrera para el amor y por eso exigen el pleno reconocimiento de las familias ‘poliamorosas’…”

Poliamor

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El Israel espiritual

El Israel espiritual

Tras la vuelta del exilio el pueblo de Israel deja sus ilusiones nacionalistas para convertirse en una comunidad religiosa en torno a la ley, el templo y el sacerdocio. De hecho, a excepción del breve periodo de independencia bajo los asmoneos (163-67 a.C.), Palestina estará siempre a merced de los dueños de turno.

1.- Datos históricos

Los datos que nos ofrece la Biblia sobre el periodo que abarca desde el decreto de Ciro permitiendo la vuelta de los desterrados a Jerusalén (538 a.C.) hasta la época del Nuevo Testamento es bastante escasa. Se limita a algunos periodos privilegiados.

El año 539 el imperio babilónico cae ante el empuje del joven imperio persa. Inmediatamente (538) su emperador Ciro publica un edicto permitiendo a los judíos volver a su patria (Esd. 1,2-4). Muchos prefieren quedarse en Babilonia, donde ya estaban instalados. Algunos deciden regresar, pero encuentran muchas dificultades para instalarse, debido a que los habitantes anteriores se sienten perjudicados.

Se comienza la reconstrucción del templo, pero surgen las dificultades y cunde el desaliento. Sólo bajo el impulso de los profetas Ageo (520) y Zacarías (520-518) se culmina dicha reconstrucción. Por otra parte, Zacarías centra la promesa sobre el Sumo Sacerdote Josué dando predominio a la dimensión religiosa sobre la político-nacional (al principio habían existido ilusiones de restauración nacional con Zorobabel, de la familia de David, pero desaparecen con su muerte y las numerosas dificultades de los repatriados).

Tras la reconstrucción del templo existe una situación de moralidad degradada (Mal. 1-3). Es entonces cuando llega a Jerusalén Nehemías como gobernador (445-443) con el encargo de reconstruir la muralla de la ciudad, cosa que logra a pesar de la oposición (Neh. 4,12-23). Además realiza una profunda reforma religiosa rigorista y para apoyarla es enviado Esdras, «sacerdote escriba» (428); con permiso del rey persa, da a los judíos la ley del Dios Altísimo como su estatuto jurídico (Esd. 7,12-26).

También al imperio persa le llegaría su fin con la conquista relámpago de Alejandro Magno (340-326). Pero como éste muere pronto y su imperio se reparte entre sus cuatro generales, Palestina queda al principio bajo los ptolomeos de Egipto. Es disputada por su condición de lugar de paso y, tras un siglo de pacífico dominio egipcio, queda bajo el control de los seléucidas de Siria.

El enfrentamiento entre la comunidad judía y la cultura griega era inevitable antes o después. La crisis salta con Antioco IV Epífanes, empeñado en helenizar sus reino. Necesitado, además, de recursos económicos, saquea el templo de Jerusalén llevándose sus tesoros y objetos sagrados y dicta una serie de medidas vejatorias contra la comunidad judía (deroga la ley judía, establece la pena de muerte por la circuncisión y la observancia del sábado, coloca una estatua de Zeus en el templo de Jerusalén).

Ante esto, los judíos fieles reaccionan con el martirio (algunos prefieren la muerte antes que traicionar sus creencias) o con la rebelión armada. Esta, iniciada por Matatías y continuada por sus hijos, especialmente Judas el Macabeo, logra la liberación del territorio y la independencia nacional, estableciendo la dinastía de los asmoneos, que reina cerca de un siglo (163-67 a.C.)

Los asmoneos establecerán una serie de luchas por la sucesión en el trono que provocarán la intervención de Roma. El año 63 a.C. Pompeyo conquista Jerusalén, y Roma se hace dueña de Palestina. En adelante el reino de Judea dependerá del capricho o del interés de Roma; de hecho, el año 37 llegará al trono un extranjero, Herodes, con el que llegamos a la época de Jesús.

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