La Verdad y el Amor, 10 de 12, Fe y sentido de comunidad

[Retiro Espiritual en el Real Monasterio de Monjas Dominicas en Caleruega, Octubre de 2012.]

Tema 10 de 12: Fe y sentido de comunidad

* En Hechos 2,42-47 los cristianos de todos los tiempos han visto una referencia clave a lo que significa ser comunidad creyente. Un examen atento es indispensable porque hoy como nunca necesitamos encontrar caminos de superación del individualismo rampante y el egoísmo prevalente.

* Hay que notar que hay mitos sobre lo que se supone suficiente para crear una comunidad unida, funcional y hasta cierto punto feliz: (1) A veces se cree que es asunto de ser educados y cultivar las virtudes humanas. (2) Otras veces se piensa que basta con que todos nos empeñemos (“echemos ganas”), de modo que la suma de buenas voluntades logre el efecto. (3) En otras ocasiones se quiere solucionar las dificultades internas concentrando las fuerzas y sobre todo la atención en determinados proyectos, a la manera de tantos líderes políticos que inventan guerras cada vez que el producto interno cae. (4) Y hay también tiempos en que uno cree que todo consiste en no meterse con los demás, sino sencillamente encerrarse uno en su pequeño mundo, de modo que la vida comunitaria del convento se limite a lo estrictamente necesario, y a hablar de trivialidades y cosas externas.

* Aunque ser prudentes, educados o entusiastas algo puede aportar, la fraternidad que brota del encuentro con elmisterio de Cristo es mucho más que eso. Lo primero que menciona Lucas es que ellos eran fieles “a la enseñanza de los apóstoles”: esa enseñanza no es sino la prolongación y afianzamiento de la primera predicación, el kerigma, que en el mismo capítulo 2 de los Hechos de los Apóstoles, sigue inmediatamente al prodigio de Pentecostés.

* Eso demuestra que lo fundamental para crear comunidad es fortalecer una sola mente y un solo corazón, es decir: cuanto más se escucha a Cristo, y más se comulga con Cristo, y más reina Cristo, mayor y más perfecta es la unidad entre los de Cristo. Y cuanto más recibimos a Cristo como tesoro de todos, más resulta evidente y sencillo compartir los que el mundo llama tesoros, incluyendo los bienes materiales.

* En Colosenses 2, hacia el final, aparece otro criterio importante: Cuando nos reconocemos mutuamente como “elegidos, santos y amados” de Dios, reconocemos también la lógica interna, la necesidad de sentir reverencia y misericordia ante el hermano. Mi hermano es una historia de amor y de gracia que Dios va llevando, y yo soy uno entre muchos instrumentos, que Dios puede usar para adelantar esa historia cuyo final es el cielo mismo de Dios.

La Verdad y el Amor, 09 de 12, Fe como cimiento

[Retiro Espiritual en el Real Monasterio de Monjas Dominicas en Caleruega, Octubre de 2012.]

Tema 9 de 12: Fe como cimiento

* El subjetivismo infecta por igual el pensar y el obrar. La lógica consecuencia de imaginarse que uno puede definir lo que es verdadero, es que después uno imagine que puede definir qué es lo correcto. Por eso la pérdida del recto pensamiento (ortodoxia) conduce prontamente a la pérdida del recto obrar (ortopraxis).

* El subjetivismo mira la fe como un fruto de la fantasía o como una sugestión que a uno se le antoja agradable o conveniente. O también la mira como aquello que la “alta gerencia” de la Iglesia estima que debe creerse. De esta última postura surge una idea servil de la Iglesia, como si su principal tarea fuera buscar la aprobación del mundo. Es la Iglesia que vive en “rebajas” y que se considera dueña de lo que enseña o manda.

* Por contraste, la frase Pablo en 1 Corintios es: “Aquello que recibí, lo mismo transmití.” No se siente dueño del mensaje ni se pone por encima de él. El verdadero apóstol ve al depósito de la fe en los mismos términos que hablaba san Agustín refiriéndose a la Escritura. como un pozo que sacia mi sed, pero de cuyas aguas no soy dueño: Carezco entonces del derecho de dañar lo que otros habrán de beber.

* Eso de contaminar la fe que es bien de todos ya aparece en el Nuevo Testamento. En pasajes como 1 Colosenses 2 vemos a Pablo advirtiendo sobre el peligro de dejarse llevar por doctrinas capciosas, o de dejarse convencer de “filosofías humanas.”

* Si hay algo que tiene que ser la fe es verdadera, porque sólo una fe verdadera es cimiento de una esperanza que vaya más allá del deseo. Y sólo una fe verdadera revela el amor de Dios en su sorprendente dimensión, aquella que nos colma y nos hace capaces de amar.

El A del ABC

3. Con lo anterior como base, podemos ver que el A del ABC es a quién se dirige la oración. O sea, si cuando oramos no tenemos puesta amorosamente la atención en Dios, o en algún intercesor, como la Virgen, o un bienaventurado ángel o santo, entonces estamos haciendo una oración irreverente e irrelevante, desconcentrada y al aire. Es una oración sin dirección y poco efectiva. Lleva a ninguna parte.

Recomienda santa Teresa: “La oración debe ser con consideración”. Es decir no sólo es necesario poner nuestra atención a quien se dirige, sino tenerlo en la estima que se merece: amarlo y conocerlo.

No podemos dirigirnos a Dios o a un intercesor si no lo hacemos dándole el aprecio que se merece, poniéndolo muy por encima de nosotros, debido a nuestra imperfección; reconociendo nuestro estado de necesidad; y nuestra incapacidad para lograr los bienes celestiales, y los buenos bienes y propósitos terrenos. En pocas palabras una base imprescindible de la oración es la sinceridad y la humildad (cf. CEC 2559).

[Autor: Juan de Jesús y María.]

Dos lobos

Una mañana un viejo Cherokee le contó a su nieto acerca de una batalla que ocurre en el interior de las personas.

Él dijo, “Hijo mío, la batalla es entre dos lobos dentro de todos nosotros”.

“Uno es Malvado – Es ira, envidia, celos, tristeza, pesar, avaricia, arrogancia, autocompasión, culpa, resentimiento, soberbia, inferioridad, mentiras, falso orgullo, superioridad y ego.

“El otro es Bueno – Es alegría, paz amor, esperanza, serenidad, humildad, bondad, benevolencia, amistad, empatía, generosidad, verdad, compasión y fe.

El nieto lo meditó por un minuto y luego preguntó a su abuelo:

“¿Qué lobo gana?”

El viejo Cherokee respondió : “Aquél al que tú alimentes.”

La Verdad y el Amor, 08 de 12, Prueba de lo que no se ve

[Retiro Espiritual en el Real Monasterio de Monjas Dominicas en Caleruega, Octubre de 2012.]

Tema 8 de 12: Prueba de lo que no se ve

* San Pablo, especialmente en sus Cartas a los Gálatas y a los Romanos, hace contraste entre considerarse salvo “por las obras (de la Ley de Moisés)” o “por gracia, y mediante la fe.”

* Lo primero está representado básicamente por la corriente farisaica. No suena absurdo: cumplir los términos de la alianza para que se hagan realidad los bienes y bendiciones de la alianza. El problema está en que, por más que se quieran detallar los deberes específicos que manda la Ley, dos cosas son inevitables: la casuística (“¿Cuántos pasos se pueden dar en un sábado sin romper el sábado?”) y sobre todo el hecho de que conocer el bien no soluciona el defecto básico del ser humano que no está en el conocer sino en el desear, saborear y decidir lo bueno.

* La fe, en cambio, es como un salto de confianza a los brazos del Padre muy amado. Los bienes que de él recibimos, y que son bien manifiestos en la persona y la obra de Cristo, son la razón de nuestra confianza que ya no lleva cuentas del infinito que recibe, y por tanto puede arriesgarse a amar, perdonar y servir al prójimo sin llevar cuentas tampoco. Lo que pretendía la Ley se logra finalmente en el régimen nuevo, el de la gracia y la fe. La Ley sirvió de pedagogo hacia la fe.

* En la Carta a los Hebreos, capítulo 11, se da una especie de definición de fe, en la que se incluye la expresión: “prueba de lo que no se ve.” Para aprovechar esa definición conviene indagar bien a qué alude el autor de la Carta, sobre todo porque no faltan los que ven en un texto así un pie para sus críticas. Según ellos, la “prueba de lo que no se ve” sería un modo de conocimiento “irresponsable,” una especie de exaltación del mito y la fábula, o un parche para nuestra ignorancia.

* La verdad es que “lo que no se ve” dentro del contexto del autor de Hebreos, no tiene relación directa ni cercana con lo que investiga la ciencia moderna, basada en la experimentación, la repetición y la formulación de leyes. “Lo que no se ve” es la respuesta a las preguntas existenciales más hondas, aquellas que por su misma naturaleza escapan al método científico. ¿Cuál es mi bien? ¿Vale la pena perdonar? ¿En dónde está mi felicidad? ¿Hay esperanza más allá de la muerte? Este tipo de cuestiones no dependen de datos experimentales solamente, y ni siquiera pueden resolverse con la sola luz de la razón porque un examen de la razón muestra que ella es más sierva que señora, puesto que se la ve tan dispuesta a rodear de justificaciones las opciones que complacen nuestros apetitos y conveniencias.

* Es allí, en el rango de esta clase de preguntas, donde tiene su lugar “lo que no se ve,” y es allí donde la fe aporta una luz profunda, que sin embargo no consiste tanto en certeza del lugar adonde voy sino confianza al reconocer con quién voy.

* Tal tipo de fe no nace de un salto de la fantasía sino que es respuesta al testimonio que recibo de la comunidad creyente, y también y sobre todo, al testimonio interior que recibo del don del Espíritu. Y es esa fe la que se convierte en prueba de lo que no se ve, y garantía de lo que se espera.

Ya no tengo miedo, 3 de 3, Jesus

[Predicación en la Asamblea Regional de la Renovación Carismática en Aragón, Octubre de 2012.]

Tema 3 de 3: Jesús y la Cruz

* Una lectura atento a los Evangelios descubre pronto la notable frecuencia del término “miedo” y sus sinónimos o derivados. Miedo tienen los discípulos, las autoridades, la gente. Miedo ante el demonio, ante lo desconocido, ante el abuso del poder, ante la fuerza de las multitudes, y sobre todo: miedo ante la muerte.

* Hay que recordar que hay un buen uso del miedo. De hecho el santo temor de Dios, que es primeramente temor a ofenderlo, es principio de sabiduría y de recto ordenamiento de la vida. por eso también dice Cristo que quiere enseñarnos “a quién hay que temer,” y pasa hablarnos de Dios como único de quien depende nuestro destino eterno.

* Sobre la base de conocer quién es el que merece honor, reverencia y obediencia, el discípulo de cristo experimenta libertad. Lo máximo que pueden hacer los poderosos termina con la muerte, pero la muerte misma no es última palabra, y ello lo demuestra Cristo no con teorías sino con su propia victoria sobre la muerte.

* Los que creemos en la resurrección gozamos de un principio de valentía que ya se ha hecho valer muchas veces, sobre todo en las vidas de los mártires y de quienes se han desgastado por el Evangelio.

Ya no tengo miedo, 2 de 3, Elias

[Predicación en la Asamblea Regional de la Renovación Carismática en Aragón, Octubre de 2012.]

Tema 2 de 3: Elías y la retama

* El capítulo 19 del Primer Libro de los Reyes nos cuenta un momento dramático en la vida del profeta Elías. El contexto es este: era rey Ajab pero quien en realidad movía los hilos y tenía el poder era su esposa, Jezabel, y esta perversa mujer era idólatra desde el fondo de su alma. Le fastidiaba a ella la religión de Yahvé porque consideraba que los baales bastaban y sobraban para buscar y tener una vida segura, próspera y fecunda.

* Por eso mismo, Jezabel odiaba a Elías, mucho más después de que Elías había dejado en ridículo a Baal en la confrontación del Monte Carmelo, y después había mandado a ejecutar a los falsos profetas, en número de varios centenares.

* Perseguido por el odio de Jezabel, Elías huye al desierto. Se queda solo, incluso sin su criado, y así en soledad alcanza a avanzar una jornada. Pero sus fuerzas se agotan, y al final se tumba bajo una retama. Su primer sueño no es descanso sino renuncia a vivir: se desea la muerte.

* Dios le da nuevas fuerzas. Es la imagen de lo que hace la fe en nosotros. Más allá de nuestras expectativas, recursos y fuerzas, allí está el Señor, y lo mismo que a Elías, primero nos alimenta para restaurarnos, y luego nos alimenta para enviarnos a renovar la alianza.

* Y por eso hay que identificar nuestras “retamas,” es decir, aquellos escondites donde empezamos descansando y terminamos renunciando a la tarea del Evangelio. No olvidemos que el mundo nos quiere bien distraídos y bien entretenidos para que seamos sólo consumidores pasivos.

* Destáquese también el hecho de que la soledad no permite evangelizar. En soledad, uno logra conservar algo de la fe, pero sólo por un tiempo, y sin pasar la antorcha a otros. El camino de restauración será siempre el encuentro renovado con el Señor y con la comunidad.

Ya no tengo miedo, 1 de 3, Moises

[Predicación en la Asamblea Regional de la Renovación Carismática en Aragón, Octubre de 2012.]

Tema 1 de 3: Moisés y el faraón

* Bajo el lema “Renuévame por dentro con espíritu firme” (del Salmo 51) celebramos la Asamblea Regional. En esta ocasión queremos enfatizar en ese “espíritu firme,” pues entendemos que el mundo nos quiere acomplejados, encogidos, encerrados.

* Los capítulos 3 al 5 del Éxodo nos presentan la vocación y el comienzo de la misión de Moisés. En él nos reconocemos fácilmente. Es un hombre bueno pero se siente abrumado ante la perspectiva de enfrentar al faraón.

* Y hay motivo para ello: el faraón actúa como un dios, y pide reconocimiento divino. Se le nota en que pretende disponer de vidas humanas. Lo cual da una clave: aquel o aquello que pretende poder absoluto sobre la vida del hombre está tomando el lugar del faraón. Y lo mismo que Moisés ante su faraón, nosotros tendemos a acobardarnos ante nuestros faraones.

* Aquellos que empujan en la anti-cultura de la muerte nos atemorizan con su arrogancia, nos confunden con sus especiosos argumentos, nos atemorizan con sus leyes de hombres. Por eso necesitamos el camino que Moisés recorrió, y ser sanados de lo que él fue sanado.

* Con Moisés, Dios siguió una sencilla terapia en tres pasos: (1) Una certeza: “El Señor está contigo;” (2) Le obliga a enfrentar su miedo, primero en lo pequeño y después en lo grande: así por ejemplo, cuando primero el cayado de Moisés se vuelve una serpiente, le manda: “¡Agárrala por la cola!”; (3) Le muestra cómo el faraón es sólo otro ser humano, y de victoria en victoria, consolida la fe de Moisés.

La Verdad y el Amor, 07 de 12, Sabiduria de la Cruz

[Retiro Espiritual en el Real Monasterio de Monjas Dominicas en Caleruega, Octubre de 2012.]

Tema 7 de 12: Sabiduria de la Cruz

* La paradoja de la cruz, que hemos descrito brevemente en las reflexiones anteriores, ayuda a entender la diferencia entre la sabiduría “según el mundo” y la sabiduría “según Dios.”

* Lo sabio, en la perspectiva del mundo, se condensa en el verbo “acumular,” y va de acuerdo con el apetito y las fortalezas de cada cual, de modo que el inteligente quiere juntarse sólo con los inteligentes, y el poderoso sólo con los poderosos. En ese enfoque, el único “dar” que vale es el de aquel que invierte para ganar más de lo que desea y le hace fuerte.

* Las cosas son de otro modo desde la perspectiva de Dios, pues él hace llover sobre justos e injustos. Su verbo propio es el verdadero “dar” que no es negociar, ni invertir, ni comprar o vender.

* Y puesto que no hay continuidad entre el acumular y el dar tampoco hay continuidad entre la sabiduría del mundo y la de Dios: tiene que darse un rompimiento, un punto de quiebre, una genuina conversión. Los movimientos eclesiales que conocemos son particularmente claros en ello: sólo recibe un nuevo corazón el que ha pasado por el quebrantamiento del viejo corazón.

* San Pablo habla de ello en 1 Corintios 1,21, texto que puede entenderse de dos maneras, por lo menos: (1) Como simple rompimiento; (2) Como rompimiento que ya estaba previsto en la sapiencia de Dios.

* En efecto, Dios parece responder al absurdo del pecar con el absurdo del padecer. Si es ilógico que abandonemos a un Dios bueno, a ello responde Dios con lo ilógico de buscar a la oveja perdida y entregarse por la descarriada.

La Verdad y el Amor, 06 de 12, La escasez y la alegria

[Retiro Espiritual en el Real Monasterio de Monjas Dominicas en Caleruega, Octubre de 2012.]

Tema 6 de 12: La escasez y la alegría

* Cuando se habla de despojo parece que todo son pérdidas. Los grandes santos han encontrado algo más rico y completo en el misterio de la Cruz: según Santa Catalina de Siena, la Cruz es el lugar de la perfecta tristeza pero también el de la perfecta alegría.

* Es triste ver al inocente castigado; es triste ver al amigo traicionado; es triste verse en las garras de los enemigos. Pero ese mismo despojo ha hecho posible que quede a la vista, y como en carne viva, el amor que Dios nos tiene.

* Las Llagas de Cristo declaran con igual fuerza nuestra miseria y la misericordia de Dios; en ellas se ve, a la vez, qué cosa tan grave es pecar y qué hondura de amor nos ha rescatado de semejante abismo de maldad.

* Bienes del despojo de la Cruz son por lo menos tres: (1) La escasez misma nos invita a descubrir que creer es un privilegio, y ello nos abre a la dimensión de la gratuidad.

(2) La experiencia gozosa de la Providencia Divina. Allí donde los recursos visibles son menores se descubre mejor la recursividad del Dios invisible pero siempre presente.

(3) En el despojo se descubre cómo Dios limpia, alivia y purifica a su Iglesia. No la ama de lejos sino que, a la manera del viñador, la poda y cuida.

Que NO es y que SI es la fe

Fray quisiera apelar a su sabiduría, y podría en 5 frases o 5 palabras, que me diga: QUE ES LA FE PARA UD., y 5 frases o palabras que me resuman, QUE NO ES FE. — S.M., Paraguay

* * *

QUÉ NO ES LA FE:

1. No equivale a la sugestión ni a “pensar con el deseo.”

2. No es lo mismo que una actitud optimista, a la manera del pensamiento positivo o la llamada programación neuro-lingüística.

3. No es la simple repetición de frases de religión, en caso de que uno ni siquiera las entienda ni acoja de corazón.

4. No es irracionalidad, como si al apagar la razón empezara la fe, o al apagar la fe empezara la razón.

5. No es simple costumbre o práctica social establecida.

QUÉ SÍ ES LA FE:

1. Es el primero entre los dones que el Espíritu Santo otorga a un ser humano, cuando le concede afirmar con certeza el ser y el obrar de Dios.

2. Es la RESPUESTA que damos a la PROPUESTA de Dios en la persona de su Hijo Jesucristo.

3. Es un movimiento de confianza y entrega total hacia Dios porque hemos descubierto su bondad, sabiduría y poder.

4. Es la perfección máxima que puede alcanzar nuestro entendimiento en esta tierra porque al abrirse a creer se apoyo en el entendimiento mismo de Dios.

5. Es el lenguaje común, el código genético mismo, de la iglesia, pueblo santo que ha nacido de la predicación y es regido por el cuidado de los apóstoles y sus sucesores.