El amor de la Madre de Cristo hacia nosotros tiene su raíz en el mismo Cristo, pues es Él quien reina en nuestras vidas y es Él a quien María desea ver crecer y reinar en todo lo que hacemos, decimos y deseamos.
Dios es nuestro Dios, y Jesus es su Profeta
Jesús es el profeta definitivo, aquel que expresa en cercanía y poder la verdad, bondad y majestad de Dios.
LA GRACIA del Martes 31 de Enero de 2012
David sabe encontrar razones más altas que la utilidad, la costumbre o el propio interés.