Lo que sigue es mi comentario a esta entrada del blog de Daniel Iglesias.
1. La idea de un “Dios bio-químico,” moviendo aminoácidos a placer en una gran sopa semi-orgánica, y acomodando poco a poco estructuras complejas, como en un gigantesco Lego, resulta muy poco atractiva, sobre todo si se la compara con el Dios que “hace que las cosas se hagan.” Y si uno admite que Dios podría hacer que las cosas se hicieran, uno puede admitir que en algún sentido los procesos evolutivos, micro o macro, pueden ser parte de ese macro-diseño. Porque el problema para el creyente no es si Dios diseña o no, sino este otro: si nuestro Dios es el de los micro-diseños (acomodador de aminoácidos) o el de los macro-diseños, por ejemplo, el que da tales condiciones a la materia que hace que ciertos eventos, en una primera aproximación improbables, puedan resultar posibles e incluso forzosos en el ámbito inorgánico.
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