Uno de los obstáculos a la llegada del Reinado de Dios es que, teniendo oídos en nuestro exterior, el oído interior permanece sellado. ¡Cuánto necesitamos de la liberación interior que trae el Espíritu Santo!
Dos claridades nos regala san Pablo hoy
Pablo quiere que nuestra fe tenga amplitud, para ver hasta dónde alcanza la bondad divina, y profundidad, para reconocer en quién reside la salvación.