“Venden el yoga como una mera técnica para sentirse bien y deshacerse del stress –los “cursos de respiración” del Arte de Vivir son en la actualidad el ejemplo más típico–. Se presentan como expertos en psicología –Osho es aquí el mejor ejemplo–, o como oferta de una vaga espiritualidad. El cebo en este caso es fácil de entender: espiritualidad sin religión suena a producto atractivo para quienes buscan, y a ser posible de manera rápida aplicando una técnica, los efectos beneficiosos de la religión –conciencia en paz sobre todo– pero sin religión. En realidad, dentro de esas organizaciones se sabe perfectamente que lo que dan es lo mismo que en la India pero aún más diluido…”
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