La generosidad de Cristo nos enseña que la misericordia divina no se arredra ante la magnitud de nuestras miserias; pero a la vez nos enfrenta con nuestro egoísmo.
Familia, lugar de perdon y de amor, 2 de 2
Familia, Lugar de Perdón y de Amor. Tema 2 de 2: Tratamiento.
* El amor es lo único que puede sanar, iluminar y transformar el corazón y la vida. San Juan enseña que el amor consiste no en que nosotros hayamos amado a Dios sino en que Él nos amó primero. Por eso el mejor tratamiento empieza por Cristo. Las solas fuentes humanas no suelen ser suficientes porque aquellos de quienes esperamos mucho amor sanador están esperando lo mismo de nosotros.
* El camino más corto es Dios. La manera de acercarse a la pareja es acercarse primero a Dios, de modo que de los seres humanos no esperemos que sean “dios” sino que sean lo que son: seres humanos. Pero la arrogancia, sobre todo masculina, hace largo el proceso de pedir y recibir ayuda.
* El modelo bíblico es sencillo: que el hombre sea cabeza pero a la manera de Cristo. Que el hombre sea el primero en todo: primero en dirigir la oración, en llamar a la reconciliación, en marcar el camino.
* Necesitamos de verdaderos papás, que lo sean por vocación, y que aporten objetividad, principios, apoyo, claridad.
* Necesitamos también verdaderas mamás, que con su capacidad de acogida disuelvan las raíces de la venganza y de la violencia, y sobre todo, que amen a sus hijos para el cielo.
Familia, lugar de perdon y de amor, 1 de 2
Familia, Lugar de Perdón y de Amor. Tema 1 de 2: Diagnóstico.
* No es difícil reconocer las enormes dificultades y obstáculos que enfrentan las familias hoy, tanto las que apenas empiezan como las que llevan un camino recorrido.
* Pero es importante no quedarnos en los síntomas. La fiebre viene de una enfermedad, y esa enfermedad hay que diagnosticarla, hasta llegar un poco más profundamente a sus causas. En esta ocasión quiero referirme a dos causas principales.
* PRIMERA CAUSA: iniciar una historia de noviazgos a temprana edad. Esto hace mucho daño por varias razones, entre ellas: (1) Las palabras más sagradas, humanamente hablando, quedan trivializadas; (2) Se empieza a ver a las personas como reemplazables y la mente se educa en una idea nefasta: la solución es cambiar de pareja; (3) El exceso de expresividad conduce a situaciones de intimidad sexual que a su vez traen nuevos problemas: enfermedades, embarazos no deseados, abortos, etc.; (4) El noviazgo suele ser una época de muchas ficciones porque cada uno está tratando de mostrar sólo su mejor lado.
* SEGUNDA CAUSA: hay gran confusión entre el deseo de buscar pareja y el deseo de formar hogar. (1) En los hombres eso se manifiesta como un deseo de tener sexo, ternura o quién cuide, pero sin llegar al nivel de madurez para comprender que el hogar se forma sumando, implicándose, entregando lo mejor de sí. (2) En las mujeres esto se manifiesta como una especie de negociación extrema con la vida: un modo de expulsar el fantasma de la soledad.
* La cura para la primera enfermedad está en valorar más y más el sentido de la amistad en los años juveniles. Para lo segundo es preciso purificar la intención y el corazón.
La moda del hinduismo light
“Venden el yoga como una mera técnica para sentirse bien y deshacerse del stress –los “cursos de respiración” del Arte de Vivir son en la actualidad el ejemplo más típico–. Se presentan como expertos en psicología –Osho es aquí el mejor ejemplo–, o como oferta de una vaga espiritualidad. El cebo en este caso es fácil de entender: espiritualidad sin religión suena a producto atractivo para quienes buscan, y a ser posible de manera rápida aplicando una técnica, los efectos beneficiosos de la religión –conciencia en paz sobre todo– pero sin religión. En realidad, dentro de esas organizaciones se sabe perfectamente que lo que dan es lo mismo que en la India pero aún más diluido…”
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Respeto y amor a los adversarios
28. Quienes sienten u obran de modo distinto al nuestro en materia social, política e incluso religiosa, deben ser también objeto de nuestro respeto y amor. Cuanto más humana y caritativa sea nuestra comprensión íntima de su manera de sentir, mayor será la facilidad para establecer con ellos el diálogo.
Esta caridad y esta benignidad en modo alguno deben convertirse en indiferencia ante la verdad y el bien. Más aún, la propia caridad exige el anuncio a todos los hombres de la verdad saludable. Pero es necesario distinguir entre el error, que siempre debe ser rechazado, y el hombre que yerra, el cual conserva la dignidad de la persona incluso cuando está desviado por ideas falsas o insuficientes en materia religiosa. Dios es el único juez y escrutador del corazón humano. Por ello, nos prohíbe juzgar la culpabilidad interna de los demás.
La doctrina de Cristo pide también que perdonemos las injurias. El precepto del amor se extiende a todos los enemigos. Es el mandamiento de la Nueva Ley: «Habéis oído que se dijo: “Amarás a tu prójimo y aborrecerás a tu enemigo”. Pero yo os digo : “Amad a vuestros enemigos, haced el bien a los que os odian y orad por lo que os persiguen y calumnian”» (Mt 5,43-44).[Constitucion Gaudium et Spes, del Concilio Vaticano II, n. 28]