Todos coincidieron en que Stanley Jaki, en su obra, se preocupó por poner al descubierto los límites del método científico, intentando continuamente deslindar el objeto de la ciencia y el objeto de la religión.
En una entrevista realizada en 1991, Jaki hacía suyas las palabras de Maxwell: “Una de las pruebas más difíciles para una mente científica es conocer los límites del método científico”.
A la obligada pregunta de cuáles son estos límites, Jaki respondía: “Los límites de la ciencia (y al hablar de ciencia me refiero aquí a la física) los fija su propio método”.
“El método de la física versa sobre los aspectos cuantitativos de las cosas en movimiento –continuaba-. Sólo podemos aplicar legítimamente el método científico-experimental cuando captamos rasgos cuantitativos en las cosas”.
“Pero cuando ante las cosas nos surgen preguntas como ¿es esto bello?, o ¿existe esto?, o ¿es moralmente buena esta acción?, nos preguntamos cosas que la ciencia no puede responder”, añadía.
Según los ponentes del congreso, ésta es una idea fundamental y “muy sana” de los límites del método científico en la que hay unanimidad en la epistemología actual, no sólo entre los catolicos.
Publicado via email a partir de Palabras de camino