“En el “año sacerdotal”, recibimos bendiciones especiales de Dios, prendimos motores, dimos pasos de renovación en nuestra vida y ministerio. No podemos parar. Ese camino lo tenemos que continuar. Dios mismo quiere seguir ayudándonos a crecer. Nosotros lo necesitamos. Nuestras comunidades lo esperan. Vale la pena mantener los motores prendidos, avivar en nosotros la caridad pastoral, seguir dando pasos para ser pastores santos, con el Buen Pastor, como El y con El…” Click!